viernes, febrero 03, 2017

GRACIAS, LUCY AVILÉS WALTON.


El Estado no se la puede solo. Esta frase de Felipe Cubillos pronunciada siete años atrás, a propósito de la reconstrucción por el terremoto del 27F cobra hoy más fuerza que nunca, a propósito de la tragedia que estamos sufriendo en Chile producto de los incendios forestales que están afectando al menos a tres regiones del país.
Que el Estao no se la puede solo, ha quedado claramente demostrado a partir de lo ocurrido con la llegada del famoso “SuperTanker” a Chile. Una chilena, Lucy Avilés decidió cooperar en la emergencia que atraviesa nuestro país por los incendios en las regiones de O’Higgins, el Maule y Bio-Bio, costeando los servicios del SuperTanker, el carguero más grande del mundo para apagar incendios, y que estos días ha estado operando en las zonas afectadasA pesar de las dudas y escepticismo, el SuperTanker ha concretado exitosas operaciones en los focos de incendio y ha traído esperanza a los habitantes de esos lugares.
Aunque se logró que el SuperTanker llegara a Chile, y que su acción fuera exitosa, llama poderosamente la atención las numerosas trabas que tuvo esa chilena de buena voluntad para poder materializar su aporte. En este sentido, la carta de respuesta del director ejecutivo de Conaf lo dice todo. En dicho documento, se señala en primer lugar que se autoriza la recepción del ofrecimiento del avión pero a modo de prueba, señalando específicamente que la autorización se daba “para realizar una demostración por dos días”. Luego, -aunque suene increíble- se indica que el “Sistema de Protección Civil de nuestro país está disponible para colaborar en los temas operativos, considerando que los gastos que pudieran desprenderse de estas gestiones deberán ser cubiertos por la empresa”. Es decir, puedes ayudar pero te va a costar. La burocracia estatal mostró su peor cara, y demostró una profunda desconfianza frente al aporte de los privados a una situación de emergencia como la que estamos viviendo.
Si bien no es momento de realizar un balance, ni tampoco nublarnos en críticas políticas cruzadas, resulta desconcertante la crisis de desconfianza en la que nos encontramos. Somos un país solidario que se ha unido muchas veces frente a la adversidad, en la que los privados siempre han tenido un rol esencial. Esta vez no es la excepción, ya que aunque el Gobierno ha sido un actor pasivo a la hora de buscar y coordinar ayuda, asociaciones gremiales, fundaciones, corporaciones, empresas y particulares con ganas de ayudar -como Lucy Avilés- ya están movilizados y organizados para aportar en los lugares en que los incendios están activos y reconstruir aquellos que están damnificados.
El Estado no puede solo. La colaboración pública-privada es clave para un país que aspira a ser desarrollado. Para esto es necesario fortalecer las organizaciones de la sociedad civil por sobre la burocracia estatal para la solución de los problemas públicos. Desde resolver problemas tan específicos como la infraestructura, hasta enfrentar la pobreza de una región o país, o simplemente para aunar fuerzas para resolver catástrofes como la que estamos viviendo hoy, las alianzas público-privadas son esenciales y hoy se considera como una herramienta clave y propia de las sociedades globales.
Es de esperar que lo ocurrido con el SuperTanker no se vuelva a repetir, y que como país seamos más humildes a la hora de recepcionar ayuda, especialmente de compatriotas que quieren lo mejor para Chile y su gente. Por eso simplemente gracias Lucy Avilés, y gracias también a cada chileno que hoy está colaborando de una u otra forma con la tragedia provocada por los incendios.
Constanza Hube.

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