miércoles, noviembre 30, 2016

CASTRO Y ALLENDE.



ENTRE LOS años 60 y 80, Fidel Castro se empeñó en imponer una idea de la redención social en América Latina que no era sino la copia de la matriz soviética de las dictaduras en nombre del proletariado. Para ello, apertrechó a numerosos movimientos guerrilleros que sufrieron sangrientas derrotas, la más notoria de las cuales fue la del Che Guevara en Bolivia en 1967.
Castro nunca creyó que una revolución verdadera pudiera hacerse con libertades públicas, elecciones periódicas, pluralidad de partidos, prensa libre, etc. Precisamente por eso, desconfió siempre del camino pacífico que defendía el Presidente Allende. La solidaridad de Castro hacia el gobierno de la UP fue una táctica para incidir en su rumbo, lo que se vio favorecido por las puertas que aquí se le abrieron. Una parte de la izquierda chilena creía ciegamente que en Cuba se estaba construyendo una sociedad superior, no obstante que la isla era una especie de finca privada de Castro.
Fundado en 1965, el MIR fue un movimiento apadrinado y sostenido desde La Habana. Además, fueron muy estrechas las relaciones del grupo dirigente del PS con el PC cubano. Pero el dato clave de la irradiación cubana en Chile fue el vínculo político de Castro con Beatriz Allende, la hija mayor del mandatario, que se casó con Luis Fernández Oña, agente de la inteligencia cubana.
La visita de Castro a Chile en noviembre de 1971 fue una desembozada forma de intromisión en los asuntos de nuestro país.
Fue invitado por 10 días y se quedó 24. Recorrió el país como si fuera candidato, pronunciando cientos de discursos en los que dio lecciones de firmeza revolucionaria a la izquierda chilena. En los hechos, humilló a Allende en su propia casa y socavó gravemente su autoridad.
En el libro “La vida oculta de Fidel Castro” (Ariel, 2014), Juan Reinaldo Sánchez, guardaespaldas de Castro por 17 años, dice que este no creía en el camino legalista de Allende y que sus “verdaderos pupilos” eran Miguel Enríquez y Andrés Pascal Allende, a los que veía como futuros conductores de la revolución. “A la espera de alcanzar dicho objetivo -dice en el libro-, Manuel Piñeiro y los servicios cubanos penetran y se infiltran en el entorno de Salvador Allende. Empiezan por reclutar al periodista Augusto Olivares, por entonces consejero de prensa del Presidente Allende y jefe de la televisión pública. Según Barbarroja, Olivares, apodado ‘el Perro’, era “nuestro mejor informador” en Santiago. “Gracias a él, Fidel era siempre el primero en saber lo que ocurría en el interior de La Moneda. ¡A veces incluso antes que Allende!”, solía jactarse Piñeiro”.
En la tragedia de Chile gravitaron decisivamente los intrusos. Está documentada la intervención del gobierno de EE.UU. que encabezaba Richard Nixon, y sobran las evidencias de que Castro lleva velas en nuestro entierro. Es hora de que se conozca ese capítulo. Por ahora, digamos que el Presidente Allende puede ser criticado por muchas razones, pero no estuvo dispuesto a convertirse en un dictador como el que acaba de morir en Cuba.
Sergio Muñoz. (Analista Político).

lunes, noviembre 28, 2016

LA PRESIDENCIAL ATROPELLANDO TODO.



NUESTRA CLASE política se equivocó con el período presidencial de 4 años sin reelección. También se equivocó con el voto voluntario. Para que hablar del error de la reforma tributaria por su mala factura técnica. Sin duda se equivocó al proclamar que el bono marzo es un “derecho social”. A partir del 2018 constataremos el error en la manera de cambiar el binominal. El error de la gratuidad sin ley (por glosa) es de no creer. Al parecer también se equivocaron en la Ley de Pesca.
Ahora estamos con la campaña presidencial desbocada antes de tiempo (otro error de hecho de la clase política) que dificulta seriamente la función del gobierno y trae mucha incertidumbre. Para los precandidatos de la Nueva Mayoría (NM) hay que marcar la máxima distancia de Bachelet con su magro 15% de apoyo y 75% de rechazo. Para la oposición la crítica al gobierno es más fácil, en particular por lo mal que lo ha hecho. Pero lo concreto es que todos critican al gobierno ya lanzada la presidencial. Lagos, con una cara de palo de no creer, culpó a Bachelet del Transantiago, y también de alguna manera del CAE por la tasa de interés. Muchos dirigentes de la NM critican abiertamente al equipo político. Atria considera que el gobierno es conservador. Guillier critica al ministro del Interior de manera ofensiva. En fin.
En este momento hay casi una veintena de candidatos. Por la Nueva Mayoría tenemos a Lagos, Guillier, Insulza, Walker, Tarud, Atria, y Goic. Eventualmente Burgos. Por la centro derecha tenemos a Piñera, Ossandón, Espina, Chahuán, J.A. Kast, F. Kast y quizás uno más de la UDI. En el centro probablemente Sichel. Por las bandas estará MEO y recientemente Carola Canelo. Han anunciado interés Claude y Jocelyn-Holt. El frente de izquierda más radical seguro levantará su propio candidato, y yo no descarto que Farkas aparezca de repente de manera formal, porque informalmente hace rato que lo es. Son demasiados candidatos para un país tan pequeño. Para la masa no será posible tener una completa recopilación de las ideas de tantos candidatos (si las tuviesen), de manera que serán las reacciones emocionales y de las personalidades las que harán la diferencia. Por la misma razón, el populismo se manifestará de una u otra forma.
Aquí podría haber hasta tres vueltas de primarias. Unas por partido donde corresponda, otras por coalición, y la primera vuelta que con tantos candidatos (como fue la última elección) es una forma de primaria.
De todos estos candidatos a la papeleta final llegan solo dos. Ese es el real nombre del juego. En el caso de Chile Vamos la única pregunta relevante es si Piñera será finalmente candidato. Si no lo es, la crisis que se genera en la centro derecha será de proporciones. Ossandón ha tomado una posición muy agresiva, de modo que en el caso de que Piñera no quiera ir, el apoyo le será débil en el sector.
Para la Nueva Mayoría la cosa es más difícil. Primero porque es ya muy probable que se desintegre. No veo posibilidad que el PC y la DC puedan seguir en la misma cama sin deteriorarse ambos a la vez. Las pugnas internas de la Nueva Mayoría son demasiado fuertes. El PC es casi como una secta religiosa con dogmas insalvables. La IC y el MAS son movimientos caudillistas más que partidos en serio. Otra peculiaridad es que la Nueva Mayoría enfrenta en estos tiempos una oposición muy dura desde la izquierda de su izquierda. Los candidatos ya se dan duro entre sí. Lagos e Insulza son esencialmente lo mismo y les será difícil diferenciarse, salvo por golpes bajo el cinturón. Y todo eso ya ha empezado.
La semana pasada se debilitó algo la campaña de Lagos por la entrada de Insulza, por la encuesta Cadem que ni repunta, y por el ataque a Bachelet que no será gratis. Piñera fue atacado miserablemente y eso tendrá sus costos. Ossandón se subió al carro contra Piñera y ello lo debilitó en un gran sector de la derecha. Guillier se mandó un chascarro de proporciones lo que mostró algo de sus debilidades, y además se ganó la ira del gobierno lo que tiene sus costos, pero ganó con la llegada de Insulza. Atria validó su opción en el PS y se ganó la figuración en una primaria, lo que probablemente es mucho más de lo que alguna vez soñó. Igual coquetea con el Frente Amplio, y se le abre otra opción por ese lado. MEO sigue a la baja. El resto de los precandidatos no marcó tema relevante. El tono subirá semana a semana.
Sergio Melnick.

sábado, noviembre 26, 2016

CUBA: EL TIRANO HA MUERTO.



El tirano ha muerto.
Tengo que decirlo para creerlo.
Al fin.
El líder guerrillero que llegó al poder con promesas de justicia social, pero se dedicó a separar familias, a perseguir y ejecutar opositores, y desató una misera sin precedentes sobre el pueblo cubano, ya no existe.
He estado esperando este momento toda mi vida.
Finalmente, el traidor cuyo gobierno comunista me sacó de todo lo que conocía y amaba, y trajo a estas tierras con el corazón estrujado, ya no está entre los vivos.
El tirano ha muerto.
Tengo que repetirlo para creerlo.
Nací el año del triunfo de la revolución. Tenía 10 años cuando me fui de Cuba en un Vuelo de la Libertad en 1969 con mis padres, que pagaron caro mi libertad y mi futuro. Ahora tengo nietos. Ese es el tiempo que Fidel Castro ha mantenido a Cuba en su puño, primero como déspota autoproclamado, y después que cedió el trono a su hermano, como símbolo.

Este es un momento histórico. Generaciones de cubanos, cubanoamericanos y nuestros hijos en Miami, la capital del exilio, celebran su desaparición física con un ardor reservado para la Serie Mundial y los títulos de la NBA.
No nos juzguen con dureza. Concédannos este momento. Nuestro exilio es su obra. Aquí no hay dolor por el fallecimiento del hombre que representó el diablo en nuestras historias personales y colectivas.
“Satanás, Fidel ahora te pertenece”, decía un letrero que sostenía un hombre en la Calle Ocho a primeras horas de la madrugada del sábado, después que Raúl Castro anunció la muerte de Fidel en televisión.
Durante las seis décadas de gobierno totalitario de los hermanos Castro, más de dos millones de cubanos huyeron de su amada isla, consolándose en las palabras del exiliado cubano más famoso, el poeta y héroe de la independencia José Martí: “Sin patria, pero sin amo”.
Incontables cubanos encontraron la muerte en intentos de cruzar el Estrecho de la Florida, y ahora atraviesan selvas en unos siete países para llegar a la frontera estadounidense con México. Uno de los crímenes más crueles de Castro fue la masacre de 41 hombres, mujeres y niños que trataban de huir en un remolcador el 13 de julio de 1994. Las autoridades cubanas arremetieron contra ellos con agua a presión, chocaron el barco y lo hundieron. Esto no es algo que leí por ahí. Entrevisté a sobrevivientes en el campamento de refugiados de Guantánamo meses después. Las Tropas Guardafronteras cubanas se negaron a rescatar a los que se ahogaban, me contaron.
Hubo muchos otros crímenes y abusos a los derechos humanos, en su mayoría ignorados o vistos benignamente por un mundo que le daba a Castro el beneficio de la duda, y sólo de vez en cuando le reclamaban algo en foros como la ONU.
Fidel Castro, mito y leyenda para la izquierda internacional, murió sin que lo llevaran ante la justicia por sus crímenes contra su propio pueblo, y el entrega de la antorcha y el cargo de presidente a su hermano en el 2006 fue impugnada sólo por disidentes valientes que son golpeados y detenidos a diario. Los Castro han colocado a sus hijos y nietos en altos cargos del gobierno, una señal de que planean mantener la dinastía familiar más allá del prometido retiro de Raúl en el 2018.
Hay mucha alegría, entusiasmo –y esperanza– ante la noticia de la muerte de Fidel Castro a los 90 años. Pero soy escéptica. Castro no gobernó solo. Tuvo cómplices. Y esas personas lo lloran hoy, planean enterrar sus cenizas cerca del lugar donde descansa José Martí en Santiago de Cuba, un honor que no merece.
Sin embargo, Cuba no será lo mismo sin el patriarca. Con su muerte, se siente como si la peor de las maldiciones ya no pesa sobre una nación cuyos hijos están desperdigados por todo el mundo.
El coco se murió.
Al amanecer, las calles de La Habana estaban desiertas. Se ordenó a la gente que se quedara en su casa, que no tocaran música y que mantuvieran la puerta cerrada.



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Pero en Miami pocos se fueron a dormir. Algunas de las calles que recorren su corazón cubano fueron cerradas para que la gente pudiera expresar la catarsis de quitarse de encima la acumulación de 58 años de pérdidas y separación, de desilusión y de una esperanza interminable.
Cuba sí y no más Castro.
Aquí no se despedirá al comandante. Para nosotros es solavaya.  
Fabiola Santiago. (Desde Miami).




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jueves, noviembre 24, 2016

LA IZQUIERDA CLASISTA.


Para nadie es un misterio que el ambiente político en Chile está enrarecido, por el gran rechazo al gobierno, la paralización de los empleados públicos, las diversas marchas y movilizaciones han marcado la agenda de las últimas semanas. Chile poco a poco se va dividiendo y politizando.
Si bien, en principio, es positivo que aumente la deliberación pública, y sean cada vez más las personas interesadas en los temas importantes del país, también es necesario que esa deliberación se dé en un ambiente de amistad cívica y de respeto por el que legítimamente piensa distinto.
En este último punto se ha dejado bastante que desear, porque el nivel de respeto ha sido discreto y una seguidilla de casos lamentables han aparecido a la luz pública. Por ejemplo, la lamentable escena de Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, que le gritaba improperios al ministro de Hacienda desde la galería del Congreso Nacional, tal como si ella estuviera en una barra brava y Valdés fuese el árbitro que cobró un injusto penal. Ubiquémonos.
Tema aparte son las redes sociales, donde personas desde el anonimato insultan a sus contendores muchas veces sin tener un porqué, simplemente ocultándose en la ventaja de no poner tu nombre en la respectiva plataforma.
En ese escenario, quienes vivimos en lugares populares y tenemos ideas cercanas a la centro-derecha somos víctimas constantes de insultos y comentarios ofensivos. Al ya clásico “desclasado”, se le ha sumado el “facho pobre” de moda, siempre acompañado de un adjetivo des-calificativo. Triste espectáculo de los autodenominados defensores de la libertad y los intereses populares.
Lo anterior, muestra a cierta izquierda en cuerpo y alma. Esa tolerancia que dicen defender: simplemente es un eslogan, porque están lejos de practicarlo. Es esa misma izquierda que muchas veces pone el grito al cielo por #NiUnaMenos, pero si alguien piensa distinto, no distingue entre hombres ni mujeres. Esa misma izquierda que dice oponerse a la discriminación, pero no tiene empacho en atacar a una ex ministra por el color de su piel. Una izquierda que no sólo es intolerante, sino también clasista.
Es que lo que hay detrás es esa profunda intolerancia contra quien piensa distinto, pues no aceptan que su discurso no sea monopólico y que cada vez permee menos socialmente. Solo así se entienden las descalificaciones del ministro Nicolás Eyzaguirre contra los padres que según él elegirían el colegio para sus hijos por el color del pelo de los estudiantes. ¡Qué vergüenza!
El desafío para quienes defendemos las ideas de la justicia y la libertad se hace un poco más complejo. Sin embargo, es un llamado a promover mejor los pensamientos y no ocultarlos por miedo a ser atacados en público. Quienes vivimos en comunas populares, sabemos que es el esfuerzo personal y familiar, el emprendimiento junto a una sociedad de oportunidades, los que permiten que exista mayor empleo, mejor educación y, por supuesto, más libertad. Es por eso que, ante las algarabías por redes sociales, no queda más que hacer la vista gorda a quienes hacen de la amargura un deporte. Por otra parte, debemos convencernos de que en la sociedad hay gente que piensa distinto y está bien que así sea, merecen respeto, al igual que lo exigimos para nosotros.
José Francisco Lagos.

lunes, noviembre 21, 2016

ALEJANDRO GUILLIER, LA BACHELET CON BARBA Y BIGOTE

Alejandro Guillier es una simulación, se hace pasar como el hombre que solo expresa lo que otros dicen y quieren escuchar, que es simplemente la voz “inclusiva y transversal”, el candidato bonachón, confiable y buena onda”, además, sonriente y amigo de todos, y así está jugando concientemente con la gente, haciéndole creer que es pura empatía.



Hace casi cuatro años la actual Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se revelaba como la versión chilensis de Mr. Gardiner, el personaje de la novela de Jerzy Kosinski “Desde el jardín”, que encarnó Peter Sellers en el cine. Sí. Porque con una impavidez similar a la de Gardiner y haciéndose pasar como la mujer que no tenía ideas propias, sino que sólo se nutría de las ideas de la gente, le arrojó en la cara a sus oyentes lugares comunes, generalidades banales e invocaciones a la buena voluntad que en los aletargados cerebros de sus partidarios tomaron la forma de verdades reveladas, fórmulas mágicas por su simplicidad e ingenuidad, capaces de resolver cualquier problema. Y así se convirtió, por segunda vez, en Presidenta, con las consecuencias ya conocidas.
Hoy y ante las próximas elecciones presidenciales en 2017, comenzamos a ver la aparición de una nueva versión chilensis de Mr. Gardiner. Se llama Alejandro Guillier, un “independiente” al que, a pesar de aun no ser oficialmente candidato presidencial, los medios tratan, elevan y proyectan como el favorito.
De “independiente” el senador Guillier no tiene más que su asiento en el Congreso. En una entrevista en el periódico El Dínamo, elogió a la bancada juvenil diciendo: “Les voy poniendo fichas a los jóvenes que quizás en esta pasada no van, pero que en cuatro o cinco años más vamos a estar en un escenario de discusión muy distinto”. Y agregó que: “Giorgio Jackson, Gabriel Boric, Camila Vallejo, Karol Cariola, Vlado Mirosevic, van a ser protagonistas de la política. El país está cambiando muy rápido y necesitamos esa renovación”. Es decir, el futuro de Chile, para Guillier, pasa por un frente amplio de izquierda revolucionaria incluyendo al Partido Comunista. Un segundo gobierno de Bachelet, pero con barba y bigote.
De Mr. Gardiner, a diferencia de Guillier, todo lo que se podía esperar eran sus genuinos conocimientos de jardinería. Y él era honesto. Alejandro Guillier es una simulación, se hace pasar como el hombre que solo expresa lo que otros dicen y quieren escuchar, que es simplemente la voz “inclusiva y transversal”, el candidato bonachón, confiable y buena onda”, además, sonriente y amigo de todos, y así está jugando conscientemente con la gente haciéndole creer que es pura empatía. Sí, el “independiente” que denunciará a los políticos ante los ciudadanos que hoy se sienten desilusionados y enojados con la “clase política” y el gobierno de la Nueva Mayoría.
Con esa forma de engaño, Guillier aspira a convertirse en “habilitante”: él está allí para que, sobre su aparente vacío, todos puedan proyectar lo que quieran. Y les dirá a los cándidos que no tiene programa, para que lo llenen a su gusto con todos sus deseos y toda su esperanza. Así, la lógica y el sentido común serán pervertidos por la calidez de la cercanía, por la magia de los abrazos y las sonrisas que ya ha comenzado a repartir por doquier. En suma, Alejandro Guillier es el populista perfecto. El que llevará el truco de “yo no soy sino el pueblo” a la perfección. Todos escucharán en sus palabras lo que quieran oír, como eco de su propia voz, y los medios se harán eco de cada movimiento que él vaya haciendo, hasta elevarlo a la calidad del “Salvador independiente”, por sobre los partidos, por sobre la desconcertada Nueva Mayoría, por sobre Ricardo Lagos, por sobre todos.
En el curioso personaje de Kosinski del jardinero convertido en estadista, desde expertos hasta Presidentes, ministros, diputados, periodistas y público en general aguardan expectantes las palabras y la bendición de Mr. Gardiner. Están pendientes de la más mínima de sus muecas y cuándo dice banalidades como, por ejemplo, que después del otoño viene el invierno, todos se lanzan a interpretar esa sabiduría recóndita. Pero en este caso no es un truco y por ello Mr. Gardiner perdura gracias a su autenticidad. El Mr. Gardiner chileno sabe, por el contrario, que está embaucando a su público y que puede, al igual que Bachelet, terminar haciéndoles mucho daño a todos.
¿Qué nos dirá y prometerá mañana? No lo sabemos, pero del nuevo Mr. Gardiner chileno podemos esperar una lluvia de promesas, tal y como lo hizo la actual Presidenta, cuyos compromisos se han convertido en una deuda histórica con el país.
Ojalá que los chilenos no se dejen embaucar de nuevo y que Alejandro Gardiner se quede, para siempre, en su jardín.

Mónica Mullor.

sábado, noviembre 19, 2016

CAMBIO DE GABINETE QUE DEJA TODO TAL CUAL.


La Mandataria insiste en un diseño que sigue fiel a los lineamientos programáticos originales, a pesar de su evidente desgaste.

La Presidenta de la República llevó a cabo el sexto cambio de gabinete en lo que va de su mandato, que por su escaso alcance defraudó las expectativas de quienes esperaban una señal más contundente -considerando el profundo desgaste político que ha experimentado la Nueva Mayoría- y de los evidentes problemas de gestión en la agenda legislativa del gobierno. Se reafirma con ello la voluntad de la Mandataria de continuar apegada a un modelo encapsulado en las líneas originales del programa de gobierno -a estas alturas completamente superado por la realidad-, y que deja en suspenso la forma en que se enfrentará el último tercio que resta de esta administración.
Además de la singularidad de que la renuncia de la ministra del Trabajo fuese filtrada un día antes, sin esperar el anuncio oficial, y que la Mandataria comunicara a través de su cuenta de Twitter que haría un “ajuste” de gabinete, los cambios se limitaron a tres ministerios no estratégicos, forzados por el hecho de que sus respectivos titulares podrían buscar competir por un cupo en el Congreso. Es ciertamente llamativo que el gobierno haya llevado a cabo dos cambios de gabinete acotados, con menos de un mes de diferencia, y en ambos haya desaprovechado la oportunidad de enviar una señal clara de que hay un reconocimiento de los problemas que afectan al país y la voluntad de enmienda.
La contundente derrota electoral que sufrió la Nueva Mayoría en las recientes elecciones municipales -donde la épica refundacional experimentó un duro castigo-, y los evidentes problemas de coordinación entre La Moneda y sus partidos -al punto que los propios parlamentarios oficialistas estuvieron dispuestos a infligir un daño al gobierno, al rechazar la propuesta de reajuste al sector público- dejan en evidencia los problemas de gobernabilidad que enfrenta esta coalición y el vacío de liderazgo. Se hace obvio que frente a un cuadro de tal desgaste, el cambio de gabinete debió haberse aprovechado para realizar ajustes en profundidad, con el fin de revertir las expectativas, traer orden al interior del bloque y concentrarse en recuperar las bases del crecimiento, debilitado por la propia ola de reformas que ha impulsado el gobierno.
Pero al haber optado por realizar un cambio apenas marginal, sin tocar al equipo político -en particular Interior y Secretaría General de la Presidencia, reparticiones que han sido responsables de constantes tropiezos y descoordinaciones con sus partidos-, la Mandataria entregó la señal de que no parece tener la intención de enmendar el rumbo, desoyendo inexplicablemente las peticiones de su propia coalición -que ha hecho ver la necesidad de ajustes mayores- e ignorando las reiteradas señales de cambio que ha enviado la propia ciudadanía. El afán de mantener el rumbo actual, con un diseño más bien personalista, se refleja en que se optó por reforzar la presencia de figuras con las que la Mandataria siente fuerte afinidad y que probablemente no jugarán ningún rol de contrapeso.
Queda la sensación de que este gabinete carece de la fuerza política suficiente para afrontar exitosamente el último tercio que queda de gestión. En medio de este desvarío, cabe en todo caso resaltar la gestión del ministro de Hacienda, que optó por resistir las presiones del sector público para obtener un reajuste desmedido, en lo que también cabe valorar el respaldo que le entregó la propia Presidenta.
Editorial La Tercera.

jueves, noviembre 17, 2016

LOS COMUNISTAS Y LOS TRABAJADORES.

"Los comunistas no tienen ni el más mínimo interés en los trabajadores; lo único que les importa es el poder. Jamás han dado valor alguno a la persona humana singular... "

Los comunistas dicen pocas cosas; y las que dicen las piensan bien.

Su más reciente afirmación ha intentado ser una perfecta coartada para el comportamiento táctico que han desarrollado en las últimas semanas en el tema reajuste: "Nuestra prioridad es defender a los trabajadores", han declarado.

Esas palabras han sido meditadas y pronunciadas en el contexto de una crisis terminal del conglomerado de gobierno, al que, por buenas razones, nunca nos hemos referido en este espacio por su autodenominación; al contrario, siempre lo hemos llamado "la Concertación más los comunistas".

El PC dice ser la voz de los trabajadores, y unos pocos miles de ciudadanos, aunque no militen en la colectividad, respaldan esa afirmación; pero la inmensa mayoría de la población chilena, incluyendo a tanta gente de las otras izquierdas, no les cree nada a los comunistas. Nada de nada, y lo último que han dicho, tampoco.

Las razones de esa incredulidad son poderosas; ellas son el verdadero anticomunismo.

Y estas son:

Los comunistas no tienen ni el más mínimo interés en los trabajadores; lo único que les importa es el poder. Jamás han dado valor alguno a la persona humana singular. Han masacrado a millones de auténticos trabajadores en el nombre de las estructuras y de la revolución, y para ocultarlo, han intentado deformar la comprensión de esos sucesos mediante el más extenso proceso de falsificación de la verdad que haya conocido la humanidad hasta ahora.

Más aún, los comunistas carecen del sentido elemental de la dignidad del trabajo humano. Por eso, cuando se refieren a los trabajadores, no están pensando en personas que pueden crecer y desarrollarse mediante la transformación creativa de la realidad, sino en seres malditos, condenados a la esclavitud, mientras tengan que trabajar. "Trabajador" no es para el comunismo una posibilidad de desarrollo, sino una condición de explotación.

En consecuencia, para los comunistas son "trabajadores" solo quienes reciben una remuneración (y, por cierto, el monto de esos ingresos tiene que ser el más bajo posible). Todos los que se desloman emprendiendo, creando, pensando o administrando no son considerados "trabajadores". Por el solo hecho de haber desplegado una actividad independiente o de nivel medio o superior cambian de polo: de explotados a explotadores.

Además, los comunistas consideran que dentro de los asalariados de bajos ingresos, los auténticos trabajadores son solo los que ellos logran controlar mediante organizaciones sindicales o gremiales. No son trabajadores los que trabajan, sino solo los que son "trabajados" con eficacia por el PC, incorporándolos a través de sus directivas a las redes de influencia que se vinculan al partido. Los ejemplos sobran en Chile: la CUT, el Colegio de profesores, el Colegio de periodistas. Cuando sus directivas caen en manos del PC, entonces sí que sus afiliados son llamados "trabajadores"; pero cuando esos gremios logran salir de su control, entonces son considerados apatronados.

La última elección municipal refleja bien la distancia enorme que hay entre el PC y los trabajadores. De una fuerza laboral de alrededor de 9 millones de chilenos, menos de 250 mil personas votaron por el PC. O sea, probablemente menos de 200 mil trabajadores efectivos de todas las condiciones. Si esa ha sido la respuesta electoral que los trabajadores le han dado al partido que dice desvelarse por ellos, queda claro que el PC no tiene título alguno para proceder como lo hace.

Bueno, sí, tiene un fundamento: haber conseguido la frivolidad de todos los que lo miran con simpatía y haber logrado la pasividad de todos los que lo observan con temor.


Gonzalo Rojas.

martes, noviembre 15, 2016

INJUSTIFICABLE PARO DEL SECTOR PÚBLICO.


De manera ilegal se está validando que la paralización es una herramienta legítima de presión, aun cuando vaya en desmedro de la ciudadanía.

LOS TRABAJADORES del sector público han convocado para hoy a una nueva marcha y extendieron por otras 48 horas el paro de actividades, como forma de presionar al gobierno para que aumente su propuesta de reajuste. El Ministerio de Hacienda ha señalado que no es posible un incremento superior al 3,2% -en atención a la fuerte estrechez presupuestaria del fisco-, si bien se ha comprometido al mejoramiento de algunos bonos. La mesa del sector público, en cambio, insiste en un reajuste del 4% -anteriormente solicitaba 7%-, y ha planteado que cualquier oferta bajo dicho guarismo sería “inviable”, amenazando con extender las movilizaciones. De esta forma, otra vez la ciudadanía ha quedado capturada por los intereses gremiales, sin que la autoridad intervenga con decisión para impedirlo.
Los costos de estas paralizaciones -que de acuerdo con el estatuto administrativo y la Constitución están expresamente prohibidas- han sido sustanciales. A la fecha se ha traducido en la suspensión de siete mil cirugías electivas y del orden de 25 mil consultas de especialidad, y en cuatro regiones -incluida la Metropolitana- ha sido necesario dictar un decreto de emergencia sanitaria, no solo para asegurar las prestaciones de salud más críticas, sino también para hacerse cargo de la recolección de basura, que en algunas comunas alcanza niveles críticos. Los productores de fruta, salmoneros y otras actividades productivas están alertando que la paralización afectará los envíos. Y quienes requieren de los servicios del Registro Civil, otra vez deben pasar por el trastorno de no poder contar con la obtención o renovación de documentos indispensables.
La impunidad en que todo esto ocurre ha llevado a que los trabajadores del sector público simplemente hayan internalizado que el paro de actividades forma parte de su estrategia de negociación, y la autoridad dócilmente lo ha aceptado así. Ello también se ve estimulado cuando de manera bochornosa algunos parlamentarios oficialistas reconocen que la oferta del Ministerio de Hacienda debe ser sustancial, pues “no se puede correr el riesgo de afectar a un sector que tradicionalmente vota por nosotros”. En la actual negociación el gobierno ha enviado señales equívocas, al radicar las negociaciones a nivel de subsecretarios y no en el comité político; asimismo, el hecho de que la Presidenta de la República decidiera continuar con su gira en el exterior, sin esperar la resolución de este conflicto, transmite una inconveniente desaprensión.
Los trabajadores del sector público han encontrado en el paro una eficaz arma de negociación, la que ejercen mirando sus propios intereses, y no los del país en su conjunto. Mediante esta herramienta de presión logran soslayar cualquier discusión respecto a las evidentes ineficiencias que se han ido enquistando al interior de las reparticiones públicas, al carecer de sistemas creíbles de medición de gestión y sanciones efectivas. A la luz de esta realidad, parece indispensable revisar la normativa que rige en este sector, porque es evidente que bajo el actual sistema la continuidad de servicios del Estado no queda asegurada. Probablemente será necesario estudiar mecanismos que establezcan reajustes con horizontes superiores a un año, condicionados a indicadores de gestión objetivos, y resulta obvio que si en los empleados fiscales no hay voluntad de renunciar a la paralización como método de presión, entonces también cabe preguntarse por la pertinencia del estatuto administrativo, y su eventual reemplazo por el Código del Trabajo.
Editorial La Tercera.

sábado, noviembre 12, 2016

FALSOS EXONERADOS O SINVERGÜENZURA INSTITUCIONALIZADA.



El Instituto de Previsión Social entregó indebidamente más de $29 mil millones en pensiones que favorecieron a 5.917 falsos exonerados políticos y la jueza a cargo de investigar tamaña estafa al Estado, Mireya López, sobreseyó la causa. Estimó que sólo hubo “laxitud” de parte de los parlamentarios que certificaron las solicitudes de dichos subsidios fraudulentos. “Fue imposible condenarlos  –aseguró–  porque no tienen la condición de funcionarios públicos…”.
Así, en forma categórica y definitiva, puede admitirse que en Chile se ha institucionalizado la sinvergüenzura: los tres Poderes del Estado son cómplices del masivo engaño. Es el Ejecutivo el que recibe las solicitud y les da o niega el visto bueno, y, en estos casos de fraude, fueron legisladores quienes certificaron el derecho al beneficio y la Justicia sobreseyó el juicio sin culpables.
Para acentuar  la gravedad de los hechos, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) no da señales de requerir la devolución de esos casi 30 mil millones defraudados al Fisco y el Ministerio del Interior, que según La Moneda tiene “la facultad de cesar los pagos indebidos” no ha hecho gestión alguna en ese sentido. La razón es política: los falsos exonerados ya advirtieron que no tienen dinero para devolver…
La Ley de Exonerados Políticos (19.234 y posteriores) tiene como finalidad reparar mediante beneficios previsionales por gracia a personas exoneradas por causas políticas o actos de autoridad entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990.
La normativa entrega, según la situación previsional de cada solicitante, los beneficios de abono de tiempo por gracia, pensión con transacción extrajudicial y pensión no contributiva.
La ley 19.234 fijó como fin para solicitar beneficios el 11 de agosto de 1994; luego se modificó mediante la 19.582, dando un nuevo plazo entre el 1 de septiembre de 1998 y el 1 de septiembre de 1999. Finalmente, la 19.881 lo amplió entre el 1 de julio de 2003 y el 30 de junio de 2004 para entregar los antecedentes.
Es el Presidente de la República quien determina la calidad de exonerado de quienes postulan, rol traspasado al Ministerio del Interior, el cual, además, emite los Decretos Exentos. También tiene la facultad de derogarlos.
El Instituto de Previsión Social (IPS) conforma el historial previsional de cada postulante, para verificar qué beneficios procede.
El Poder Legislativo está directamente involucrado en el fraude porque 44 parlamentarios avalaron las postulaciones que resultaron ser falsos exonerados. Algunos de los congresistas  que más certificaciones entregaron son Isabel Allende (PS), con 1.190; Sergio Ojeda (DC), con 684; Carlos Abel Jarpa (PR), 610 y Alejandro Navarro (MAS), 408.
Además de su sentencia de “laxitud” de parte de los parlamentarios, la jueza López, al menos, debió establecer que hubo complicidad para que se defraudara al Fisco y, de acuerdo a las fechas de los patrocinios, debió consignar que existió un intencionado interés político, pues las certificaciones tuvieron lugar en vísperas de elecciones legislativas.
Cuando el parlamentario está ejerce la legislatura  no actúa como  funcionario público, pero cuando emite un certificado que da un derecho a un tercero para obtener una franquicia individual, lo hace como persona natural.
La conclusión es irrebatible: fallaron en lo penal y en lo ético, al poner en idéntica situación a quienes realmente perdieron su trabajo abruptamente sin derecho a nada con los inescrupulosos que se aprovecharon del sistema.
La trenza de Ejecutivo, Legislativo y Judicial ha materializado la peor de sus oscuras acciones, porque esta vez los tres Poderes del Estado concurrieron a oficializar un fraude colectivo.

Enrique Rivera V.
VovPress.

jueves, noviembre 10, 2016

LA NUEVA MAYORÍA SIEMPRE FUE MINORÍA.


Mientras algunos celebran el triunfo del candidato Donald Trump y el progresismo mundial  todavía no tiene explicación para la derrota de Hillary Clinton, pese a  que la mayoría de los medios estaban a favor de la candidata del Partido Demócrata. Por eso, a igual que cuando salió electo el actual inquilino de la Casa Blanca, Barak Obama la prensa no hizo su trabajo de sacar los trapos sucios de los candidatos Demócratas.

 Debo confesar que no leí los medios oficiales durante la campaña. Sin embargo, los esfuerzos Hillary Clinton fueron en vano. En efecto, en la portada de la revista inglesa Economist del 2016 no aparece coloreada Hillary Clinton, ni  el empresario multimillonario. No estaba en los planes de los iluminados que ella saliera.

 Se usaron artilugios de Hollywood como el fondo verde para mostrar que Clinton convocaba a personas en mitin políticos, cuando no eran así. Las personas que había eran actores y en los celulares no aparecía la candidata cuando ella pasaba frente al público. En uno de esos eventos, usaron tecnología holográfica, cuando en realidad Hillary Clinton no estaba ahí.

  Para el aniversario del 11 de septiembre norteamericano, Hillary Clinton falleció y pusieron una  doble. De hecho, la candidata cuando de un Hotel se ve más delgada. Eso dicen los más conspiranoicos.

 Por último, si hubiese ganado Clinton estaríamos ad porta a una guerra mundial con Rusia.  Los medios norteamericanos denunciaron que los rusos estaban tratando de perjudicar a la candidata del Partido Demócrata. Para los rusos es mejor entenderse con el empresario.

 Volviendo al país, al parecer los dirigentes de la Nueva Mayoría después de las elecciones municipales de este año se dieron cuenta que recién que su coalición es una minoría con respecto al resto del país. En esta elección municipal la abstención alcanzo el 66% del electorado. Apenas votaron un 34% de los electores.

  Para la elección presidencial del 2013, la abstención alcanzó el 58,21%.  ¿A qué quiero llegar?  Desde que Bachelet ganó la presidencial del 2013, los medios en vez poner al rey desnudo, le hicieron creer que anda con ropa. Por ejemplo, el diario La Tercera destacó que Michelle Bachelet ganó con el 66% de los votos con respecto a la coalición de la ex derecha, omitiendo que quien ganó fue la abstención.  En estos dos años y tanto, a la Nueva Mayoría no le importó que las gran mayoría de los chilenos estuviesen en contra del venerado programa, de la retroexcavadora y de las reformas que el país no necesitaba.

   Me causo risa las declaraciones del presidente de la República, quien atribuyo la alta abstención al supuesto financiamiento ilegal a los políticos, estos es, la llamada boletas ideológicamente falsas como si nunca hubiese existido el caso Caval donde estuvo involucrado su hijo y su nuera. Desde luego, que quienes recibieron financiamiento ilegal eran de la otra vereda, no su grupo. Para caso SQM solamente los de la derecha u otro político de la Nueva Mayoría. Bachelet dijo estas palabras por la alta abstención: "en Chile hemos sido sacudidos por el conocimiento de malas prácticas por parte de líderes políticos, sociales y empresariales; así como por la incapacidad de algunas instituciones para responder con eficacia a las demandas ciudadanas y eso ha distanciado a las personas de las instituciones democráticas". Se está evaluando a los políticos y ella mete a los empresarios.

Agregó más adelante: “La fortaleza de nuestra democracia ha sido afectada, por eso quiero hacer un llamado a que todos abordemos este tema con seriedad, sin mezquindad y sin miopía”. Según ella, no han escuchado a las personas: “si estamos ofreciéndole a los ciudadanos respuesta a sus reales demandas y si hemos sido capaces de irnos adaptando a las nuevas exigencias de cercanía, eficiencia y probidad que nos hace hoy la sociedad". Nunca han querido escuchar a la mayoría de los chilenos. 

  Además, al contrario de lo que piensan los políticos de la Nueva Mayoría y los de la Alianza, aquí no se ha puesto en tela de juicio el sistema político.

  Volviendo a las municipales de este año. Si el cambio del padrón electoral hubiese ocurrido bajo un gobierno de derecha o al estilo del gobierno de Sebastián Piñera, la Nueva Mayoría hubiese pedido en seguida que las elecciones municipales se suspendieran, hasta que enmendará el supuesto error.Incluso, hubieran llamado a un organismo internacional o al Instituto Nacional de los Derechos Humanos, etc. Aquí no hubo error en el cambio del padrón electoral, sino que fue acto premeditado y alevoso con el propósito de perjudicar a la oposición.

 Lo correcto es que la elección municipal se hubiese suspendido. No fui a votar, ni tampoco me intereso ver los resultados por la televisión. Supe, por ejemplo,  que en una mesa donde votaban ciegos, la boleta electoral tenía marcado en braille, naturalmente, los números más no los nombres de los candidatos.  ¿Alguien puede llamar seria una elección como esta? Una falta de respeto total a las personas.

 Lo correcto es volver al viejo sistema para las mesas. No me estoy refiriendo a obligar a los electores a votar. La mesa electoral está abierta ocho horas y luego se cierra. Y no como ahora, que los vocales tienen que estar hasta las seis de la tarde, porque así lo dice la ley. Esa extensión del horario es literalmente un abuso de poder por parte de los políticos.

 Según un medio, el cambio en el padrón electoral afecto a seis comunas. En la elección para el alcalde de la comuna de Zapallar, si es que no equivoco la decisión se resuelve por un voto. Sin embargo, la televisión abierta informó que un señor que siempre votaba ahí lo mudaron a una de las comunas del sector oriente.

 La prensa chilena se escandalizó, porque debido al cambio del padrón electoral votaban algunos reos del gulag de Punta Peuco más no de la manipulación de los datos en sí.

  A Bachelet no le sirvió de nada que días previo a la elección municipal, la justicia condenara a los supuestos torturadores del general Bachelet, con tal de que subiera unos puntos en las encuestas y que influyera en las municipales.

 En el segundo gobierno de Michelle Bachelet, los dirigentes de la Nueva Mayoría, incluyendo al presidente  de la República se han comportado igual que los liberales norteamericanos del Partido Demócrata, que no tienen nada liberales, sino que son socialistas hechos y derechos que desprecian al norteamericano promedio.

Con todo, la Nueva Mayoría no desea retroceder. Por eso, han puesto a sucesores a Bachelet otros que se vende de moderados, más al final del día son lo mismo.


Javier Bazán Aguirre.
http://simposiolibertario.blogspot.cl/

martes, noviembre 08, 2016

GOBIERNO DE CHILE, ¡DEVUÉLVANME LOS PATINES!



SI HAY una frase por la que será recordado este gobierno, su símbolo y la razón más profunda de su fracaso electoral, es la pronunciada por el ministro Eyzaguirre cuando dijo que se debía bajar de “los patines”a los niños de la educación particular subvencionada. Sólo así se igualarían las oportunidades con los del sistema estatal.
La de la retroexcavadora es más recordada, pero es intelectualmente tan burda como la imagen a que recurre, fue apenas una torpeza. La metáfora de los patines también es una torpeza, pero es más que eso, es una manera directa y gráfica de materializar el proyecto igualitarista de esta administración. De tanto repetir que este es “el país más desigual del mundo”, muchas de sus autoridades dejaron de ver el Chile real, ese de clase media, con gente esforzada que, a punta de sacrificio, ha progresado y quiere seguir progresando.
Desde luego que la mayoría de esas personas están disconformes con distintos aspectos de nuestra sociedad y, con razón, piden cambios, pero su aspiración es tener más oportunidades: que el colegio de sus hijos sea más competitivo, con mejores profesores y enseñanza de inglés; si están en Fonasa, quieren tener isapre y, si ya la tienen, anhelan una cobertura para acceder a mejores clínicas; quieren vivir en un mejor barrio, con más servicios. ¡Movilidad social! Pero hacia arriba, no hacia abajo; no quieren esa igualdad gris, de burócratas y teóricos.
En resumen, las personas normales, comunes y corrientes no quieren menos mercado, quieren más mercado, pero que funcione mejor, al que todos accedan y sea más justo. No quieren que les saquen los patines, por el contrario, quieren mejores patines, con ruedas bien aceitadas, que les permitan correr tan rápido como sus piernas les permitan.
Cuando el entonces ministro de Educación dijo aquella frase, olvidó un detalle: hay más niños en la educación particular subvencionada que en la municipal. Es la misma piedra con la que han tropezado una y otra vez, la reforma laboral y la tributaria son recetas socialistas que políticamente funcionan en una sociedad más pobre, casi sin Pymes.
En la nuestra los pequeños emprendedores que sueñan con crecer, como el jardinero con un par de trabajadores contratados y su camioneta, viven en La Florida, en Puente Alto, en Maipú, en Ñuñoa o en Santiago.
Lo grave para la Nueva Mayoría, lo que la va a hacer volar por los aires, como bomba de racimo, no es haber perdido la elección municipal, sino haber recibido una paliza electoral en las comunas emblemáticas de la clase media. Los electores de esas comunas les dijeron a socialcristianos y auténticos socialdemócratas, que no tienen futuro en un pacto con comunistas y la izquierda latinoamericana.
¿Cuáles fueron los rostros de la victoria el día de la elección? Piñera, Alessandri, Matthei y, por la izquerda, Sharp. ¿Y los de la derrota? Lagos y Tohá. No hubo un alcalde de la DC o la vieja Concertación con un triunfo relevante.
El aplastante voto de la clase media por los candidatos de oposición, que dejó fuera a la Nueva Mayoría de las diez comunas con más población del país, es un tsunami electoral con un mensaje de sus electores simple y claro: ¡Devuélvanme los patines!
Gonzalo Cordero.