lunes, mayo 09, 2016

ARAUCANÍA: FALTA DE ATENCIÓN.


Hace algunos días, tras el ataque incendiario que el 19 de abril destruyó por completo una casa patronal en Perquenco, IX Región, un grupo autodenominado “Weichan Auka Mapu, Lucha del Territorio Rebelde”, envió un comunicado a diferentes medios de prensa (principalmente a aquellos que informan del movimiento mapuche y el quehacer de las comunidades indígenas) en el que esta agrupación reconoció la autoría de casi 40 atentados en La Araucanía, Los Ríos y la provincia de Arauco.
Dentro de la adjudicación de estos hechos de violencia, se incluye haber quemado iglesias y capillas, como así también reivindicaron la lucha armada, aspecto no menor que permite dimensionar y de paso corroborar, claramente, la disposición de quienes componen esta y otras organizaciones extremistas.
El comunicado de este grupo detalla los atentados que han cometido desde mayo del 2013, pocos meses después del crimen del matrimonio Luchsinger Mackay (que fue en enero de ese año). De hecho, de los ataques incendiarios que Weichan Auka Mapu se adjudica, varios de estos han afectado a miembros de esta última familia, como a Ewald Luchsinger (junio del 2014), Harold Luchsinger (noviembre del 2015) y Militza Luchsinger (febrero del 2016). Ellos tres son sobrinos del matrimonio asesinado y fueron atacados en la zona rural de Vilcún, campos muy próximos a la Granja Lumahue, donde fueron asesinados sus tíos, delito por el cual solamente hay un condenado, el machi Celestino Córdova, mientras que otras 11 personas están detenidas como imputadas, entre ellas la machi Francisca Linconao.
En el mismo comunicado se advierte que seguirán con los atentados a iglesias y capillas, lo que este grupo llama “una reacción a su deber implacable de imponer justicia”. Aquí aparece un detalle que no pasa inadvertido, y es que señalan que la labor de machi ha sido “demonizada”, lo cual coincide con lo expresado por Celestino Córdova en un comunicado que envió desde la cárcel el pasado 5 de abril, tan sólo dos semanas antes del comunicado de Weichan Auka Mapu, en donde el condenado por homicidio manifiesta la “satanización” de las autoridades espirituales mapuche (nos parece necesario detenernos en este punto y recalcar, sin titubeos y con firmeza, que ha sido el propio Celestino Córdova quien ha ofendido y deshonrado a los machis con el macabro crimen en el que participó).
Es llamativo también que en ambos comunicados se critica, de manera casi idéntica y con igual dureza, a la Iglesia católica y se usan los mismos conceptos, como el anteriormente expuesto (el de demonización). No deja de ser casual, asimismo, la fecha tan cercana de ambos comunicados y que los 11 comuneros imputados por el caso Luchsinger Mackay (entre ellos el hermano de Celestino Córdova) hayan sido detenidos en los días previos, el 30 de marzo. Tampoco pasa inadvertido que en los últimos atentados que se ha adjudicado Weichan Auka Mapu hayan dejado panfletos en donde, coincidentemente, piden la libertad para estas mismas personas.
Por otro lado, la PDI indicó, a través de un análisis georreferencial a los celulares de los imputados, que al menos 4 de ellos estaban juntos en la casa de la machi Francisca Linconao la noche que se cometió el crimen del matrimonio Luchsinger Mackay y que allí mismo habrían planeado el ataque. Es oportuno destacar que la casa de la machi está a escasos 3,7 kilómetros de la Granja Lumahue, por lo que, según los fiscales que llevan el caso, era el lugar perfecto para organizarse y desde ahí ejecutar el plan. Asimismo, es bueno recordar lo revelado por José Peralino, el comunero cuya confesión permitió detener a los hoy imputados, quien efectivamente señaló que la planificación del ataque había sido en la propiedad de la machi.
Luego de la adjudicación que hizo Weichan Auka Mapu, el Ministerio Público y los fiscales iniciaron un estudio al contenido del comunicado y así determinar si tiene relevancia para las causas que están siendo investigadas. Consideramos que hay varios puntos que parecieran coincidir con los ataques de este grupo y el crimen de los Luchsinger Mackay, como los previamente señalados (fechas, la misma familia afectada, lugares de los atentados próximos unos de otros, nombres que se repiten, críticas abiertas a la iglesia, entre otros). Por lo tanto, no es descabellado pensar que la agrupación Weichan Auka Mapu, eventualmente, hubiese empezado con sus ataques mucho antes de lo que ellos mismos aseguran y que sean muchos más los delitos que han cometido.
Quizá las autoridades, las policías y la justicia no han estado lo suficientemente atentos a los detalles, partiendo por el hecho que este grupo radicalizado viene operando hace al menos 3 años y recién ahora se sabe de su existencia. Porque de no ser por el comunicado antes descrito, ni siquiera la justicia y quienes investigan los ataques se hubiesen enterado.
Es indudable que aún hay mucho que no conocemos y esto podría ser el inicio de nuevas revelaciones que nos atrevemos a pronosticar desenmascararán, definitivamente, a los violentistas que usan y abusan del mundo mapuche para beneficio exclusivamente propio, porque lo que ellos llaman “causa” no es más que una farsa para justificar sus delitos y crímenes y así seguir cometiéndolos.
Por estos motivos, es casi una obligación del gobierno y del ministro del Interior presentar una querella por asociación ilícita, ya sea terrorista o común, contra quienes resulten responsables. No podemos permitir que estos grupos desestabilicen nuestra democracia quebrantando una vez más el Estado de Derecho.

Alejandro Martini I., Movimiento Paz en La Araucanía.

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