miércoles, marzo 30, 2016

LOS HIJOS DE CHÁVEZ.


A fines del año pasado llamó mucho la atención que el grupo triunfador en las elecciones para la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica se definiera como “hijos de Guevara, hijos de Chávez y Fidel”. En diciembre de 2015, el régimen chavista experimentó su mayor derrota electoral a manos de la oposición en las últimas elecciones legislativas.
En este contexto, resulta valiosa y oportuna la visita a Chile del profesor venezolano de Derecho Constitucional y analista internacional Pedro Afonso del Pino, para inaugurar el año académico del Instituto Res Publica y la Fundación ChileSiempre.
La situación venezolana permite obtener varias lecciones relevantes para nuestro país.
Podemos partir constatando un hecho: hoy, los verdaderos “hijos de Chávez” viven en un país más pobre, más dividido, más violento y con menor acceso a bienes básicos. Cualquier joven de veintitantos años –como nuestros dirigentes universitarios- ha vivido la mayor parte de su vida bajo un régimen personalista y demagógico. Muchos de ellos han sido obligados por las circunstancias a emigrar, buscar trabajo y mejores oportunidades fuera de su país. Viven en el país más violento del mundo, al punto que algunas manifestaciones universitarias terminaron con varios muertos por enfrentamientos entre partidarios del régimen y opositores. Panorama radicalmente distinto al que viven esos autodenominados “hijos de Chávez” en nuestro país.
Una segunda cosa importante es el populismo instaurado en el país petrolero. De forma totalitaria, se ha llegado a la concepción que la soberanía radica en los “triunfadores” que se imponen a los “vencidos”, desconociendo la idea fundamental de que ésta se sustenta tanto en las fuerzas gobernantes como en las opositoras. Ambas tienen la legitimidad para intervenir en beneficio del bien común. Tan legítimo como sacar adelante un programa de gobierno lo es el rol de la oposición para rechazarlas y proponer una alternativa. En eso, después de todo, consiste uno de los principios básicos de la democracia.
En este sentido, siempre es relevante mantener un ambiente de amistad cívica republicana donde se respete al opositor y su posición. En política podemos discutir y discrepar -incluso radicalmente-, pero nunca podemos ver enemigos donde solo hay adversarios, y más todavía, compatriotas. Al enemigo se le destruye, al adversario se le derrota democráticamente. La diferencia no solo es en cuanto términos, sino en sus consecuencias.
Otra consideración es que si bien la economía no es el único tema relevante, sí es muy importante para el progreso de los países. Venezuela, un país rico en geografía y recursos, experimenta hoy un severo desabastecimiento, donde la percepción de escasez llega a un 90%, el Fondo Monetario Internacional estima que cerrarán el 2016 con 750% de inflación y nada más ni nada menos que experimentarán un decrecimiento de 10 puntos en su Producto Interior Bruto.  En síntesis, los venezolanos son más pobres y viven peor que antes.
La crisis económica ha provocado un racionamiento en productos básicos, largas filas para comprar en los supermercados y que la pobreza afecte a un 76% de la población, de los cuales casi la mitad corresponde a pobreza extrema. El sueldo mínimo en términos reales no supera los diez dólares mensuales, es decir, poco menos de $7.000 pesos chilenos.
En esto, la retórica de la izquierda es nuevamente descarada. Para los chavistas -tanto padres como hijos-, en Venezuela no hay inflación, sino que especulación. Para ellos no hay escasez, sino acaparamiento, y la crisis no es más que una “guerra económica”. Retórica pobre, populista y vacía. Retórica de guerra y no de progreso.
Frente a este panorama es relevante cuidar dos cosas vitales para el desarrollo de Chile: la democracia como sistema político y una economía libre, sana y próspera. La democracia requiere una institucionalidad sólida, leyes justas y políticos respetables. La economía necesita reglas claras, incentivos y la ética indispensable para el desarrollo de cualquier instrumento, como lo es la economía libre. Además requiere resultados, porque el objetivo es que la gente viva mejor.
La historia nos ha enseñado que estos regímenes colapsan y caen. El Muro de Berlín fue derrumbado por los propios alemanes del Este y las balsas no van desde Miami a La Habana sino que al revés. La libertad tarda, pero siempre llega. Venezuela no será la excepción. El problema es el sufrimiento indigno que ha tenido que vivir un pueblo hermano, por más de 17 años, sólo por el voluntarismo ideológico de establecer en la tierra el socialismo del Siglo XXI.
Julio Isamit, Coordinador General Republicanos.

viernes, marzo 25, 2016

LA NEFASTA HOJA DE RUTA DEL @PCdeChile


En los últimos días se ha conocido el documento con el que el Partido Comunista convoca a su XXV Congreso Nacional, a realizarse durante el primer fin de semana de abril próximo. Titulado "Desafío histórico del período: Consolidar lo avanzado y generar condiciones para seguir adelante", el documento ofrece un diagnóstico que pretende desnudar el momento histórico presente y su tendencia futura, aportando las claves orientadoras y programáticas que el PC deberá adoptar para alcanzar sus objetivos.

Según se declara en el documento, la democracia que tenemos actualmente en Chile no sería otra cosa que la expresión de un "sistema de dominación de clase" iniciado en 1973 y perpetuado desde 1990 hasta el presente gracias a la "democracia de los acuerdos". Al haber simplemente legitimado esta "dominación económica, política y cultural heredadas de la dictadura", la democracia actual mantendría cautiva la soberanía popular. Frente a esto, el documento plantea que la lucha de clases en curso, "que se agudizará en los próximos años", dará lugar a una "revolución democrática" que permitirá finalmente derrotar al enemigo.

Dado este diagnóstico, el documento no deja dudas sobre las razones que llevaron al PC a formar parte de la Nueva Mayoría. Orientado al interés de combatir los cimientos de este modelo hegemónico, su participación en el conglomerado solo ha sido un paso preliminar, pero necesario, para llegar a derrotarlo. Incluso la "democracia plena", aquella soberanía popular que se pregona en contra de la menospreciada democracia actual, solo es otra fase en la obtención del verdadero fin último, que no es otro que el socialismo. Es así como la clarificación del concepto de "revolución democrática", que recuerda inevitablemente la revolución propugnada por Marx para vapulear al capitalismo y sentar las bases para la dictadura del proletariado, solo se produce cuando se lo pone en correspondencia con el sistema de gobierno al que ella daría lugar: "El programa de la Nueva Mayoría no responde a la perspectiva de instalación inmediata de una democracia revolucionaria que inaugure un tránsito a una sociedad de carácter socialista, sino solo -nada más, aunque tampoco nada menos- a una democracia que sí supere los aspectos más regresivos del neoliberalismo y siente las bases para iniciar la superación".

Esta democracia actual en la que el PC se desenvuelve no es un edificio que se deba mejorar, sino uno que se ha de demoler. Del mismo modo, en lugar de buscar resolver los conflictos sociales, parece más oportuno extremarlos, a la espera de fragilizar el sistema político, económico y social para asegurar el triunfo de unas ideas por sobre otras. Dicho esto, casi está de más citar algunos de los objetivos políticos que persigue el PC a corto plazo, siendo el proceso constituyente una oportunidad crucial para promoverlos y confirmarlos. Por ejemplo, se debe "poner fin al Estado subsidiario" y "restablecer el principio de que la propiedad privada no es absoluta".

A pesar de lo extremas que resultan estas posturas y lo alejadas que se hallan de un mundo que marcha hacia la definitiva extinción de las polaridades de la Guerra Fría -basta ver lo que está ocurriendo en Cuba-, las reacciones de parlamentarios de la Nueva Mayoría, con excepción de los democratacristianos, están marcadas por un tinte que pareciera neutral frente a lo que el PC pone en juego, que no es otra cosa que las bases mismas de la institucionalidad democrática y de libre mercado. 

Blog El Mercurio.

miércoles, marzo 23, 2016

EL GARROTE DE LA CUT.


Según el programa del Gobierno socialista, la Reforma Sindical  –hablar de Laboral significa amplitud y transversalidad de las cuales carece el proyecto–  estaba en tercer lugar de prioridades, de modo que su aprobación se calculó para inmediatamente después de las Tributaria y Educacional.
No obstante, al constatar La Moneda las nefastas consecuencias por la desprolijidad y contradicciones que ambas incluyeron en sus  contenidos y redacción, anunció un aplazamiento de la Reforma Sindical para “estudiarla mejor”. Bastó dicha advertencia para que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), acicateada por el PC, anunciase paros y protestas y su “total rechazo” a cualquiera postergación y negativa a eventuales cambios.
Las presiones del PC surtieron inmediato efecto: La Moneda echó marcha atrás y apuró el tranco con la reforma en un felino reflejo de que reacciona siempre bien ante cualquiera amenaza de sus más leales dentro de la Nueva Mayoría.
Predijo que iba a estar aprobada a más tardar en diciembre de 2015, luego que en enero de 2016, hasta que conoció luz verde ahora en marzo, aunque en la Cámara Alta hubo una reserva para acudir al Tribunal Constitucional.
El que el proyecto haya demorado tanto obedece a que la Presidenta se percató  –o alguien la alertó— de que la iniciativa a entero gusto de la CUT y con el beneplácito del PC, no se aprobaría, lo que agudizaría su deterioro político..
Para hacerlo menos dogmático se hizo cargo el ministro de Hacienda con la finalidad, si no de equilibrarlo, al menos de hacer menos odiosos y dañinos los objetivos impuestos por Bárbara Figueroa (PC) desde la testera de la CUT. Los tres grandes nudos que se propuso desatar Rodrigo Valdés fueron los reemplazos en caso de huelga, la obligatoriedad de sindicalizarse y la negociación interempresas.
La CUT, con el tradicional estilo del garrote comunista, de forzar sin escuchar, argumentó que las “huelgas son huelgas” sin ningún tipo de mitigación y que si ello significa el quiebre y/o cierre de una empresa, “mala suerte, no más”.
Un partido que se llena la boca con los derechos de las personas impuso como obligación a los trabajadores afiliarse al sindicato de la empresa, violando sin asco la libertad individual de optar voluntariamente asociarse o no. Clara y categóricamente, ello  implica transgredir dos artículos de la Constitución en plena vigencia.
Y, finalmente, como su horizonte histórico ha sido el aniquilamiento de las economías y del mundo privado, el PC no transó en su planteamiento de las negociaciones interempresas, esto es, meter en un mismo saco a grandes, medianas y pequeñas. Cualquier cercano al mundo del trabajo sabe que los arreglos entre empleadores y trabajadores dependen del dinamismo, tamaño y recursos de la compañía, por lo que resulta más que una ignorancia, una imbecilidad, que superen en común sus conflictos una de 500 trabajadores y una de 10 obreros.
Los votos de la oposición y algunos pocos de la DC lograron rechazar esta locura propuesta por la CUT y que era una condena de muerte, si no a todas, al menos a un número importantes de PYMES que son las mayores generadoras de empleos.
Este comportamiento de la CUT, al margen de no ser nuevo, es una muestra de que por sobre el interés real en los trabajadores, los comunistas privilegian imponer su doctrina ideológica independiente de las realidades laborales en las que se desenvuelven.
La CUT no movió un solo dedo a favor de los funcionarios del Registro Civil en huelga cuyos puestos fueron ocupados por trabajadores de otras reparticiones públicas y nunca se ha sabido de un reclamo suyo en favor de las pequeñas empresas a las cuales los acreedores se demoran meses en pagarles.
Que no se engañen los trabajadores chilenos, sindicalizados o no, con el cuento de que la CUT brega por sus derechos. Ése es un mero maquillaje para disimular su única finalidad: cual termita devoradora, destruir desde dentro a los “diabólicos capitalistas” que tienen la buena ocurrencia de generar empleos.
Justo Pastor Suárez.
VoxPress.cl

lunes, marzo 21, 2016

EL PÁNICO A LA PAZ EN LA ARAUCANÍA.


Llegar a avenimientos por la paz tiene un costo, para ambas partes en conflicto o para una de ellas. Pero en La Araucanía, exclusivamente por cálculos políticos, nadie parece hacer el mínimo esfuerzo para poner freno al desmadre de la violencia rural, y que ha llegado al extremo de originar la extrañeza del resto del mundo.

Nadie le encuentra una explicación racional al hecho de que un colectivo extremista de no más de 100 individuos tenga en jaque, y casi de rodillas, a un territorio de un millón de habitantes.

Tampoco nadie entiende que tras años de una escalada de violencia que ha llegado casi a la barbarie no puedan identificarse a los encapuchados que saquean, asaltan e incendian la propiedad ajena. Partiendo del supuesto de que los servicios de inteligencia de las policías son eficientes, resulta increíble que, en este caso puntual del terrorismo en La Araucanía, no logren averiguar la identidad de estos extremistas de ultra izquierda.

Los líderes de las comunidades mapuches que reclaman tierras ancestrales son personas tranquilas y que viven plenamente integradas a la sociedad chilena. Su aspiración es recuperar superficies que antes les pertenecieron y, para ello, concurren a reuniones para dialogar con autoridades locales y ministeriales para  concretar sus deseos y, periódicamente, son beneficiados con la entrega de predios que la CONADI compra para ellos.

Entendido así, éste, el de La Araucanía, Bío Bío y que está extendiendo a Los Lagos, no es un “conflicto mapuche” como mal intencionadamente lo llaman los interesados en  alentar el fuego. Se  trata de fracciones guerrilleras con formación paramilitar en el extranjero –Cuba y Colombia— que con su feroz embestida preteden  expulsar de la zona a quienes la habitan y trabajan pacíficamente.

Es su propia guerra contra quienes representan el “brutal capitalismo”  de explotar bosques y campos, dando empleo a millares de personas.

Días atrás se superaron todas las fronteras del asombro cuando esos ultra armados quemaron un convoy de camiones que iba siendo escoltado por Carabineros. Más tarde incendiaron una casa parroquial y un templo erigido en memoria de San Sebastián.

De esta ola de asaltos y destrucción no resultó nadie detenido, lo que apuntó a la ineficacia de las policías, primero por su desidia de no infiltrase en estas bandas para aniquilarlas desde su interior y, segundo, por su incapacidad de resguardar la fuente de trabajo de pequeños propietarios de camiones y maquinarias que prestan servicios a las empresas forestales.

Cuesta hacerse a la idea de una supuesta incapacidad de entidades tan competitivas y profesionales  como Carabineros y la PDI. Sus  “fracasos” en no identificar ni apresar a estos terroristas es consecuencia de que la autoridad regional y nacional no les otorga  respaldo ni atribuciones para actuar con la energía que les corresponde ejercer por ley.

El menos interesado en que se descubra y se encarcele a los guerrilleros rurales es el propio Gobierno, porque tiene terror de echarse otro problema encima y ¡de qué dimensiones! No es cuestión de interpretar su intencionalidad, sino sólo de comprobar afirmaciones: el Intendente Regional de la Noeva, Andrés Jouannett (DC) comparó lo que está sucediendo en La Araucanía con los “portonazos”, hoy  tan de modo en el hampa capitalino.

Es desmoralizador que un representante del Gobierno caiga en apreciaciones tan burdas como éstas. “Si piden un estado de excepción para La Araucanía tendrían que pedir lo mismo por los ‘portonazos’ en Santiago”, dijo.

Los de la capital son delincuentes comunes que roban vehículos para transformarlos en dinero y los de La Araucanía no hurtan una sola tabla ni una rueda en sus atentados: ¡sólo les interesa amedrentar a la población, imponiéndole el terror para que se vaya de allí.

Un ejercicio simple de cálculo político lleva a la conclusión de que el Gobierno le tiene pánico a una acción realmente efectiva en contra de estos guerrilleros. En la eventualidad de que se les descubra  —cosa no muy difícil, porque las comunidades dicen saber quiénes son— y capture para someterlos a juicio, se le vendrían encima todas las agrupaciones indígenas locales e internacionales y, también, la infinidad de organizaciones de derechos humanos, todas, como se sabe, de ultra izquierda.

Si la población de nuestro sur quieren la paz y el pueblo mapuche también, ¿por qué ha sido imposible, en años, dar siquiera un mínimo paso para concretarla? Como la respuesta es política, obviamente que la única alternativa es una solución política, que no puede pasar  por el temor ni por supeditaciones ideológicas.
Raúl Pizarro R.
VOXPRESS.CL.

sábado, marzo 19, 2016

MEO Y SU PROGRESISMO.


Las últimas acusaciones sobre supuestos gastos de campaña no declarados, y financiados desde el extranjero para un jet privado de lujo, tienen a Marco Enríquez-Ominami nuevamente en las portadas de los medios.
Si bien es cierto que ME-O da la cara, lo hace evadiendo dar razones ante las imputaciones que se le han hecho. Se muestra confrontacional, acusa de complot por parte del conservadurismo, dice que “todos lo hacen”, pero ante todo, mantiene una evasiva de tomar una posición respecto a lo que se le acusa. En cambio, se escuda utilizando una artimaña de baja calaña, sosteniendo que los gastos del SERVEL ya están rendidos, revisados, y en caso de necesidad de rectificación, prescritos.
Es cierto también que debemos ser prudentes contra la moda que se ha ido instalando de hacer juicios rápidos y con información parcial, acusando sin manejar toda la información, pero en este caso, vale la pena tomarse la atribución. Porque el ex diputado se ha erigido, para la ciudadanía, como el estandarte de la probidad y la transparencia. Y, en cambio, los hechos distan de esto; sabemos que está imputado en el caso SQM, con su círculo cercano punteando en el ranking de boletas, y ahora con un aporte extranjero a su campaña por parte de ejecutivos de una empresa brasilera que actualmente está vinculada en casos de corrupción que tienen en el limbo a la Presidenta Rousseff y al ex Presidente Lula Da Silva.
Y es que esto no hace más que seguir echándole bencina a un hecho que ya tiene cansados a los ciudadanos. Políticos evasivos que desde sus redes sociales generan declaraciones insuficientes, creyendo que la ciudadanía podrá creer que una declaración por 170 millones ante el SERVEL podría incluir, legítimamente, servicios de asesoría comunicacional de un experto, además de un jet privado de libre disposición por cuatro meses cuyo valor se estima en unos 100 millones de pesos mensuales. ¿Es este el progresismo con el que Marco nos quiere encantar?
Lo especial de este caso es que MEO nos prometía desterrar la vieja política a partir de una propuesta basada en la igualdad y no discriminación, crecimiento económico combinado con derechos garantizados e industrialización con mayor participación del Estado. Acusaba que la clase política estaba desgastada, que era necesario renovación, qua la relación entre dinero y política no daba para más y que la transparencia debía ser un estándar de esta nueva política. Ante estos hechos, cabe hacerse la legítima pregunta si no será que Marco está siendo víctima de las mismas prácticas que prometía desterrar. Porque es claro que un jet de lujo, relaciones con grandes empresas extranjeras que participan de licitaciones donde se mueven grandes sumas de dinero y donde no es indiferente cuántos favores se deban, donde no se dan explicaciones, rechazando el juicio político y escudándose en la dimensión judicial, no se corresponde con el progresismo que motiva a todas esas personas que (en también cuestionadas circunstancias) han firmado para dar su apoyo al partido Progresista de Marco Enríquez-Ominami.
Hay que tener presente que Enríquez-Ominami ha ido ganando enemigos durante su perseverante carrera política por el sillón presidencial. También, lo es que su aprobación ha ido creciendo sistemáticamente y que su popularidad lo hace ser un contendor que expone a varios pesos pesados que quieren (volver a) la Presidencia. Con todo, está por verse cómo afecta esto a la popularidad de MEO y si expone su posición actual de ser el mejor candidato para oponerse a Piñera desde la izquierda como desde el mismo PRO promocionan. Lo que es claro es que debería servir de cable a tierra para aquellos que ingenuamente se habían dejado seducir por las ideas de un falso progresismo que se viste de inmaculado cuando, a espaldas de todos y al filo de la ley (si no fuera), sigue manteniendo las prácticas que ya tienen cansada a la ciudadanía.
Este hecho, por último, nos permite poner sobre la mesa que la respuesta a la crisis que vive la política no vendrá de una persona particular que, bajo una especie de mesianismo, promete un mundo mejor sin la responsabilidad que eso conlleva. En cambio, nos hace caer ante el peso de la realidad: no basta con promesas, etiquetas ni imágenes que se venden como inmaculadas. La crisis actual exige asumir los errores del pasado, dejar los oportunismos y ofrecer soluciones desde las distintas visiones políticas, yendo de cara a la ciudanía para reconquistar su confianza y proponiendo soluciones que, desde el realismo, asuman que es urgente limitar la peligrosa relación entre dinero y política. Y lamentablemente para Marco Enríquez-Ominami, una propuesta tan líquida como el progresismo que profesa, no va por el camino correcto.

Cristóbal Ruiz-Tagle C., Director de Estudios IdeaPaís.

jueves, marzo 17, 2016

LA DIPUTADA @camila_vallejo EN UN TEXTO ESCOLAR.


LA APARICIÓN de la diputada Camila Vallejo en un texto escolar de Historia y Ciencias Sociales de 8° Básico generó la legítima molestia de un grupo de apoderados, que a través de la Agrupación de Padres de Colegios Particulares Subvencionados emplazó al Ministerio de Educación y le pidió una explicación por lo que calificaron de “proselitismo político” a través del material educativo. Si bien la ministra del ramo, Adriana Delpiano, deslindó responsabilidades asegurando que “el texto lo hace la editorial y el Ministerio solo lo revisa”, lo cierto es que la situación no puede ser minimizada y, a lo menos, revela una falta de cuidado y control por parte de las autoridades.
No resulta prudente que una diputada de la República con una clara línea ideológica aparezca entregando una opinión en un texto escolar, más aún cuando se trata de una persona que ha tenido una alta visibilidad pública y cuya postura no aparece contrastada a un mismo nivel en le texto. La diputada ha sostenido que no ve problema en que “una mujer geógrafa” dé una opinión en el diario -la que luego fue usada en el texto escolar-, pero lo cierto es que en su caso su rol público está evidentemente por sobre su profesión. Al margen de sus conocimientos en esa área es un hecho que sus intervenciones las hace como dirigente política y no como geógrafa.
Si bien es cierto que la elaboración de los textos escolares no recae directamente en el Ministerio de Educación es responsabilidad de esa cartera revisar con atención el material antes de aprobarlo para ser utilizado por los escolares. En este proceso debe existir un especial celo de parte de la autoridad por tratarse de un material educativo destinado a la formación de niños y adolescentes del país. Sostener que “no hay drama” en el asunto, como dijo la ministra, no va acorde con la relevancia del hecho. No es la primera vez que queda en evidencia una falta de rigurosidad en el control de textos escolares, por lo que es importante que el Ministerio eleve los actuales estándares.
Editorial La Tercera.

sábado, marzo 12, 2016

EL TREN SOCIALISTA.


La ideología socialista es como un tren que avanza sin parar. Reminiscencias de un “avanzar sin transar”, pero que en ningún caso será reemplazado por el “realismo sin renuncia” de la Presidenta de la República, ya que ambos slogans, en definitiva, significan lo mismo. Pero es más atractivo para el grito de las masas el “avanzar sin transar”. Pues, hay un objetivo claro y ese no se va a “negociar” y menos “consensuar”. La razón es muy simple: el socialismo de estado no se ha detenido jamás en la conculcación de los derechos individuales y sociales apelando a la igualdad, pero sin equidad. Es decir, la historia se construye desde el paradigma de la “desconstrucción” social al más puro estilo Gramsciano. En pocas palabras, con la retroexcavadora en plena acción para controlar y someter a la familia, a la educación, el trabajo y la vida.
El breve diagnóstico arriba reseñado y archí comprobado a lo largo y ancho de nuestro planeta tierra en los regímenes socialistas de la izquierda dura, está en pleno auge con una serie de reformas que van influyendo y afectando el ADN nacional, hasta que empiece a hacer como en los países vecinos de Latinoamérica. Muy bien lo sabe la izquierda que aprobadas que son las leyes – aunque sean malas – ahí quedan. Algunas reformas muy interesantes y necesarias, pero todas muy mal planteadas y elaboradas en lo legislativo ya que están siendo altamente ideológicas y muy pobres en buscar el bien común del país. Así, paso a paso, como un tren que no se detiene en ninguna estación – aun cuando se haga el amago de tal – las leyes se van aprobando e imponiendo a la ciudadanía. Siendo el ejemplo paradigmático el proyecto de ley abortista del gobierno de la Nueva Mayoría. Se negocian indicaciones con la DC, pero en definitiva se aprueba el aborto. Y la DC cree haber ganado. Sin embargo, una vez más los han dejado a la orilla del camino. Las honrosas excepciones de un sector coherente de la DC también es descalificado por la izquierda, siendo humillado por ideologías perversas.
En efecto, la racionalidad científica y jurídica planteada ante la cámara de diputados en sus diferentes comisiones ha caído en el vacío. Parlamentarios que desconocen los datos más fundamentales de la ciencia médica y el derecho, tanto en el reconocimiento de la existencia de un nuevo ser de la especie humana y la ignorancia más increíble del derecho en lo que respecta al estatuto jurídico debido al que está por nacer.
Realmente es triste y lamentable que los legisladores no sepan comprender la magnitud y contundencia del derecho a la vida de todo ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural. Y la paradoja se hace más evidente cuando en el senado la comisión de salud y constitución rechazan el proyecto de eutanasia en defensa del derecho a la vida, pero en las comisiones de la cámara de diputados se transgrede absolutamente. Así, las cosas, algo -obviamente – está muy mal. Y lo peor es que la ignorancia y no reconocimiento de la titularidad de derechos se usa como justificación del derecho a decidir y donde el afectado paga con su propia vida el actuar criminal de aquellos que pretenden justificar lo injustificable.
En fin, es de esperar que en el Senado – aprobada que sea la idea de legislar en la cámara de diputados – se tenga más cordura y racionalidad. De igual modo, esperamos mayor valentía de aquellos que se dicen representantes del humanismo cristiano. Apostar por los votos y no por la verdad inherente a la naturaleza humana, tiene sus costos humanos. Y estos trascienden los “costos políticos”, pues para ser un buen político es necesario evidenciar una irrestricta defensa de la persona humana a lo largo de toda su existencia. El político que hoy apuesta por el aborto directamente provocado, desechando seres humanos, es el mismo político que después me presenta sus slogans de campaña diciéndome que le interesan mis problemas y los de la sociedad. Sin embargo, cuando se trata de defender los derechos humanos entra en componendas y negociaciones que desfiguran su calidad de servidor público.
Pbro. Fco. Javier Astaburuaga O.

jueves, marzo 10, 2016

RÉQUIEM PARA OTRA VÍCTIMA DE LA DICTADURA JUDICIAL.


Falleció el general Sergio Arellano Stark, tal vez la víctima más destacada de la dictadura judicial chilena, desconocedora sistemática del derecho, falseadora de los hechos y que priva ilegalmente de libertad a más de un centenar de presos políticos uniformados, aparte de mantener procesados o sometidos a investigación injusta a más de mil de ellos.

               De los múltiples procesos politizados en los cuales el general debió defenderse, cosa que pudo hacer con el concurso sacrificado de su hijo y un sobrino abogados, durante treinta años, en uno solo fue condenado a seis años de presidio, el llamado “caso San Javier”, sin la menor base. Se trató de cuatro fusilamientos del 2 de octubre de 1973 tras un intento de fuga, en circunstancias que el general Arellano y su comitiva habían abandonado el lugar el día anterior.

El ministro sustanciador del proceso, la Corte de Apelaciones y la Suprema lo condenaron por haber dado la orden de fusilamiento que no dio, pues el oficial a quien se la habría dado, de apellido del Río, en vano negó en el proceso haberla recibido de Arellano. Cualquiera puede examinar el expediente, si tiene el tiempo y la paciencia, y verá que no hay en él ninguna prueba inculpatoria real de Arellano, hecho que solo reconoció uno de cinco ministros de la Suprema en voto disidente.

            Se pidió a la ex ministra de Corte Raquel Camposano, en retiro tras ser privada de llegar a la Suprema por razones políticas, que examinara el expediente de San Javier, y ella dictaminó lo siguiente: “Nunca me había tocado ver un proceso penal tramitado por un ministro de Corte de Apelaciones, revisado luego por una sala de dicha Corte y finalmente visto en la Corte Suprema conociendo de recursos de casación de forma y de fondo, en el que se ignoraran totalmente leyes fundamentales del procedimiento”.

               Eran tales las pruebas de inocencia de Arellano en los fusilamientos que se le atribuían, y por tanto, del general Pinochet, que lo había designado como delegado para agilizar los procedimientos en tiempo de guerra en los primeros días después del 11, que yo siempre profeticé que nunca iba a haber sentencia de término en los restantes casos, por ser judicialmente inaceptable que los magistrados volvieran a atropellar las leyes en los términos en que lo hicieron al fallar San Javier. Pero finalmente cerraron los demás casos sobreseyendo por demencia al general Arellano y lo mismo por salud incompatible y luego muerte del general Pinochet, con cual enviaron a la opinión chilena y mundial la señal que querían: de que eran culpables. Pero cuando finalmente, hace poco, fallaron, condenaron a un oficial casi nonagenario, que sí era culpable, pero tenía derecho a la amnistía, a la prescripción y a la cosa juzgada, y que ni siquiera puede a estas alturas moverse por sí mismo, aparte de tener a su cónyuge de 86 años enferma de cáncer terminal. Le impusieron 20 años de presidio por fusilamientos que había perpetrado, no obstante lo cual estuvo libre y fuera de Punta Peuco, así premiado durante 18 años de juicio porque decía lo que los jueces deseaban oír: que había actuado por órdenes superiores (Arellano y Pinochet). 

Históricamente, el general Arellano fue una figura decisiva en la gestación del 11 de septiembre de 1973 y al efecto su hijo escribió un libro de valiosa proyección histórica, “De Conspiraciones y Justicia”, que describe todo el proceso mediante el cual los generales del Ejército se prepararon para rescatar al país del desastre a que lo precipitaba el gobierno marxista y se concertaron tácitamente con el presidente de la DC, Patricio Aylwin, que les comunicó precisamente a través del mismo hijo de Arellano, un joven universitario de simpatía DC, que ya no cabían más diálogos con Allende y que la situación no tenía salida política ni legal. En el seno del grupo de generales se discutió si iban a hacer partícipe de su acción al general Pinochet, a la sazón Comandante en Jefe, y fue precisamente Arellano el que insistió en que sí debía ser considerado. Posteriormente, ya la Junta gobernando, Pinochet y Arellano tuvieron grandes diferencias y por eso finalmente este último pasó a retiro.

            La historia le hará justicia a su figura, así como no se la hicieron los jueces. Cumplió la más ingrata de las misiones, pues en las primeras semanas después del 11 los regimientos estaban atiborrados de elementos sospechosos de extremismo y acusados justa o injustamente, no había capacidad de juzgarlos aceleradamente, sus familiares rodeaban los recintos clamando por ellos y los militares tampoco podían arriesgarse a liberarlos sin saber si tomarían las armas, habiendo reconocidamente más de veinte mil irregulares, entre chilenos y extranjeros, que las tenían. Justamente la misión de Arellano era acelerar los procesos, velar por la observancia de los derechos de los presos –eso lo dijo en cada lugar al que llegó— y poner orden dentro del caos generado por la UP y sus preparativos para la guerra civil. Hasta la Comisión Rettig, tan sesgada e injusta con la masa de los uniformados que salvaron al país del régimen totalitario, tuvo palabras de reconocimiento para Arellano, contradiciendo la propaganda extremista que ha prevalecido hasta hoy.

               Finalmente el país reconocerá el valor de los servicios que le prestó, y la propia DC, con la cual simpatizó, y en connivencia con la cual actuó antes del 11, también llegará a apreciar el significado de sus esfuerzos para librarnos de nuestra peor encrucijada nacional del siglo XX.

martes, marzo 08, 2016

ARAUCANÍA: TERRORISMO CON TODAS SUS LETRAS.


El miércoles 2 de marzo, un nuevo atentado dejó como saldo 6 camiones quemados en Tirúa, además de una mujer herida que recibió más de una veintena de impactos de perdigones. El ataque -como ya lo venimos señalando desde hace algún tiempo- demostró que el problema está totalmente fuera de control: los camiones iban escoltados por Carabineros y, pese a eso, nada detuvo la acción de los violentistas.
Si ya lo anterior es grave, lo siguiente lo también lo es: la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) se ha estado adjudicando, desde hace ya varios meses a través de comunicados, varios atentados ocurridos en el sur de Chile. Los resumo:
– Septiembre del 2015: La CAM, a través de la Organización de Resistencia Territorial (ORT) Lafkenche Laftraru, reivindica las acciones de sabotaje contra las instalaciones y maquinarias de una empresa subcontratista en el fundo Choque, provincia de Arauco. El comunicado agrega que su lucha será “con acciones político-militares”.
– Diciembre 2015: En otro comunicado, la misma CAM amenaza con que su lucha, contra el Estado de Chile incluido, será a través de “operaciones militares” por parte de sus Órganos de Resistencia Territorial (ORT).
– 01 de Enero 2016: Cinco cabañas son quemadas en Licán Ray, zona lacustre de La Araucanía. Días después, la CAM se adjudica el atentado a través de la ORT Kalafquén.
– Mediados de Enero del 2016: Ahora la CAM, a través de otras dos ORT -la Pehuenche Lientur y la Nagche Pelentaro-, reconoce como propio un atentado en el Alto Bío Bío y otro de sabotaje de maquinarias en el fundo Santa Elvira en Capitán Pastene (Lumaco, IX Región). El comunicado agrega que “con esto queremos demostrar que, como organización, daremos continuidad a nuestras líneas de acción” y de paso advierten “una lucha frontal” mediante “acciones militares asumidas por las ORT-CAM”.
– Inicios de Febrero del 2016: Otro ataque incendiario, donde semanas antes un grupo de encapuchados había herido a dos Carabineros con perdigones, dejó destruida maquinaria en el fundo Lo Suárez en Lanco, región de Los Ríos. La CAM se adjudicó esta acción a través de la ORT Williche Kalfilikan. Luego, un nuevo atentado destruyó dos camiones en las cercanías del Fundo Choque, comuna de Lumaco, en La Araucanía. Otra vez la CAM reivindicó el atentado, en esta ocasión a través de su ORT Nagche Pelentaro.
– 25 de Febrero del 2016: Una grúa, dos skidder, tres maquinarias y cuatro camiones de la empresa de Transportes Cruces son quemados por encapuchados en el fundo Aedo en Lanco, provincia de Valdivia. Nuevamente la CAM se adjudicó el ataque, al mismo tiempo que reivindicaron, a través de su ORT Pehuenche Lientur, otra acción de sabotaje en contra de 5 excavadoras en el fundo El Rescate (Alto Bío Bío).
Mientras parte de lo anterior sucedía, el 6 de febrero una publicación en cooperativa.cl nos mostraba a un comunero mapuche de Lanco (que el 2015 había sido formalizado por abordar a un Carabinero con un machete), quien a la salida de una audiencia en tribunales (por el caso del ataque antes mencionado) dijo un par de frases que, al menos a nosotros, no resultaron indiferentes:
– “Hay un lazo de comunicación secreto (entre las comunidades) que es algo privado que nosotros mantenemos y no lo podemos sacar”… (respuesta en relación a los atentados perpetrados en dos fundos colindantes a comunidades mapuche).
– “Se pueden originar varios atentados más”…
– “Vamos a seguir luchando hasta conseguir lo que queremos, bajo cualquier manera”…
Luego de todo lo previamente descrito, que, entre paréntesis, está disponible en los medios de prensa para cualquier persona, es necesario preguntarse: ¿cómo es posible que la Presidenta, el gobierno, la justicia -o quien deba asumir la responsabilidad en este caso- no presten atención a que abiertamente estos violentistas reconozcan y se adjudiquen los atentados antes mencionados?¿Qué más necesitan para enfrentar el problema directo a la raíz y, de una vez por todas, dejar a un lado la pasividad y la displicencia que han demostrado hasta el momento? Son estas mismas autoridades las que hasta hace poco repetían que lo que sucede en el sur es “delincuencia común”. Y resulta que hasta el más ingenuo de los seres humanos se daría cuenta de que quienes hablan de “acciones militares”, como lo ha hecho la CAM, no son precisamente “delincuentes comunes”… Porque este tipo acciones son terrorismo, con todas sus letras.

Alejandro Martini I., Movimiento Paz en La Araucanía.

domingo, marzo 06, 2016

LA ARAUCANÍA: ¿ESTADO DE EMERGENCIA?


LA VIOLENCIA en La Araucanía se extendió ahora a la Región de los Ríos, y los atentados incendiarios de maquinaria forestal y camiones se han vuelto pan de cada día. Pero la gota que parece haber rebalsado el vaso, fue el reciente ataque a un convoy de camiones que se suponía estaba bajo custodia de Carabineros, resultando seis vehículos quemados, en una acción de tipo terrorista en que se disparó de entrada en contra de los choferes y sin que se robara nada.
Ese hecho ratifica que las supuestas mafias de robo de madera es un cuento distractor del Gobierno, pero también deja en evidencia que la autoridad ha perdido el control de las áreas rurales, que los violentistas operan con total impunidad y que la inseguridad campea en la zona. Dirigentes gremiales y sociales de La Araucanía, desesperados por la situación, piden que el Gobierno declare “estado de excepción” para reestablecer el orden, llamado al que se unen políticos opositores. El estado de excepción posible sería el estado de emergencia (de sitio parecería exorbitante, por ahora). Sin entrar al detalle, en concreto significa que los militares “salen a la calle” (a las rutas, en este caso). ¿Es la solución? Aparenta ser la “mano dura” que muchos anhelan. Además de ser discutible la procedencia constitucional de dicho estado en la situación de La Araucanía, que al cabo es meramente delictual y de ineficacia en la respuesta, declararlo no es una buena idea ni la solución que se requiere.
No es buena idea, porque es temporal (en principio dura 15 días) y no se puede tener a los militares para siempre en la ruta. Pero sobre todo, porque solo serviría para victimizar a los atacantes, y que consigan apoyo interno y externo. Y no es la solución que se requiere, porque bastan las policías, siempre que hagan la pega, para lo cual se requiere respaldo político y eso es lo que no hay. En el incidente del convoy custodiado por Carabineros, se dice que hubo una falla policial, de diseño o ejecución de la custodia. Pero, ¿será eso?
Quizás no es así, sino una entendible reticencia de los policías a cumplir su función. Y no por miedo al enfrentamiento -que es humano que lo tengan-, sino a las consecuencias de realmente actuar. Porque una cosa es perder la vida o salir lesionado -un carabinero quedó ciego por un escopetazo y los chilenos ya se olvidaron de él, pero seguiría en servicio activo, pero si no, tiene al menos una pensión-, pero otra es condenado y cesante. Entonces, hay quizás una resistencia sorda: preguntarse ¿por qué jugársela? En cualquier país civilizado del mundo, al delincuente que dispara, la policía le dispara de vuelta. Pero no aquí, porque el apoyo se diluye cuando los activistas de izquierda salen a reclamar. Entonces, ahí están los videos y los relatos de los violentistas mapuches disparando y los carabineros guareciéndose. Y no cabe criticarlos: terminar condenado no es nada sencillo, no solo para uno sino también para la familia.
Y usted, que pide mano dura pero mira para el lado cuando procesan a un carabinero, ¿también opina que hay que pasarle el bulto a un conscripto, declarando un estado de excepción?
Axel Buchheister.

viernes, marzo 04, 2016

BACHELET, ALEUY Y EL POPULISMO.


Si la Presidenta quiere volver a bailar, que baile. Nadie debiera censurarla por ese comportamiento, a no ser que fuese muy pobre su presentación escénica.

Pero eso no la exime de la crítica por las afirmaciones que va haciendo sobre el resultado de sus reformas, ya no a ritmo de cumbia, sino a pie firme.



Lo curioso es que al mismo tiempo que ella retomaba sus actividades, el ministro subrogante del Interior declaraba que lo que hoy está en juego en Chile es cómo cerrarle el camino al populismo y que esa es una responsabilidad de todos. O la Presidenta no alcanzó a hablar con el ministro subrogante, o a pesar de haberlo hecho no hubo acuerdo, o simplemente la subrogación permite una soltura de cuerpo que después no se paga con reprimendas, pues se la considera solo una tarea de circunstancia.

Porque al mismo tiempo que Mahmud Aleuy criticaba el populismo, su propia Presidenta incurría en dos de las más evidentes manifestaciones que han cultivado los populistas de todas las épocas: la demagogia y la fantasía, dupla de actitudes que se potencian en un clima de frivolidad.

Cuando Bachelet afirmó que en materias educacionales la reforma no solo traerá gratuidad, sino también calidad, ¿puede responsablemente la Mandataria afirmar algo así? No, responsablemente no puede hacerlo. La gratuidad puede medirla en millones de pesos y en decenas de miles de jóvenes que califican para recibirla. Por ahora, es un tema de números. Pero la calidad simplemente no tiene como medirla, no tiene manera de apoyar su afirmación. La frase de Bachelet no es ni para la galería: es para el potrero.

Porque hay demagogia no solo cuando se promete lo que no se puede cumplir, sino también cuando se comentan las realidades más evidentemente negativas de modo optimista y falso. Es ahí donde la demagogia se conecta con una trágica fantasía. Y si en esta última dimensión la cumbre la alcanzó Stalin con su famoso "La vida es mejor, camaradas; la vida es más alegre" -mientras depredaba a los pueblos de la URSS deteniendo a millones de sus ciudadanos-, resulta análogo el despropósito de una mandataria que en medio de la grave crisis nacional afirma que "se pueden ver los frutos", que "todo ha valido la pena", que "podemos ser optimistas".

¿Ha valido la pena la violencia en La Araucanía; ha valido la pena la privación de derechos de padres, escolares, profesores y sostenedores; ha valido la pena la inseguridad institucional y ciudadana; ha valido la pena el frenazo económico; ha valido la pena el deterioro de los hábitos elementales en la población? Todo eso y mucho más, el conjunto de los frutos de las políticas gobiernistas, ¿es como para estar optimistas, como para validar la pena sufrida y por sufrir?

Curiosamente, el mismo Aleuy afirmaba en paralelo que "no se pueden hacer políticas estructurales como las que ha implementado con coraje la Presidenta y pretender que eso se refleje mañana. Eso no va a ser así". ¿En qué quedamos? ¿Los frutos han valido la pena y dan para ser optimistas (Bachelet), o habrá que esperar mucho tiempo para comprobar su eficacia (Aleuy)?

El populismo de Bachelet es un fracaso consumado. Lo es porque el pueblo chileno históricamente ha basculado entre la estupidez y la sensatez, y da toda la impresión de que el péndulo viene cargándose para el lado de la cordura desde pocas semanas después del comienzo de la actual presidencia. El 20% de apoyo que acaba de arrojar la última encuesta de popularidad presidencial le exige un realismo a la Presidenta que las vacaciones parecen haber diluido. Quizás eso es lo que intuye Aleuy, que un populismo sin popularidad es el final de todas las aventuras de la demagogia y la fantasía. 


Gonzalo Rojas.

miércoles, marzo 02, 2016

MÉDICOS ESPECIALISTAS PARA PUNTA ARENAS.


CON LA renuncia del único hemato-oncólogo infantil al Hospital Clínico Magallanes, y que dejó a la ciudad de Punta Arenas sin un profesional de este tipo en la ciudad, distintos personeros han alzado su voz para exigir al Gobierno gestiones inmediatas que permitan el traslado de un especialista a la región y poder continuar con los tratamientos médicos.

Se trata de un reclamo que debe contar con la debida atención por parte de la autoridad central, no sólo porque se trata de una zona geográficamente aislada, sino porque releva la apremiante falta de especialistas que afecta a todo el país. Según lo señalado por el Ministerio de Salud, a nivel nacional sólo existen 50 especialistas en cáncer infantil que trabajan tanto a nivel público y privado. De allí que no siempre sea factible poder asignar este tipo de médicos a un lugar determinado.

Frente a ello, en algunos casos que requieren tratamientos más complejos se han coordinado traslados hacia ciudades próximas que cuenten con este tipo de profesionales. Ha sido el caso de Punta Arenas, en que algunos niños continúan su recuperación en Valdivia.

El sistema público debe procurar gestionar los recursos escasos de la manera más eficiente posible. Ello puede justificar que en determinadas circunstancias la destinación de especialistas deba privilegiarse a otras zonas que tengan mayor cantidad de habitantes. Sin embargo, es importante que soluciones ideadas transitoriamente para resolver emergencias puntuales no desincentiven la búsqueda de soluciones permanentes y que contribuyan a un mejor tratamiento y recuperación de los pacientes. Avances como la telemedicina pueden sin duda ayudar, y la formación de especialistas debe incrementarse para evitar que los casos sean tratados por médicos que no siempre tienen las competencias acreditadas.

La Tercera.