viernes, febrero 27, 2015

CHILE-ARGENTINA: HERMANOS, CASI GEMELOS.


La in-justicia argentina rechazó, con la velocidad de un rayo, la denuncia del finado fiscal Alberto Nisman en contra de Cristina I “la loca”. La viejuja que regenta el lupanar vecino y su corte, no encubrieron a los iraníes que dinamitaron el edificio lleno de judíos. Aquí no ha pasado nada. “Resuelvo desestimar la denuncia por inexistencia del delito", resolvió el juez que, o es corrupto, o no quiere terminar en el patio de los callados. De cualquier forma, el juez resolvió usando el sentido común, no vale la pena perder la vida o los privilegios por un país de mierda lleno de delincuentes.

Como vemos, Argentina seguirá por el único camino que puede seguir, el de la pobreza, el delito, la corrupción y la sinvergüenzura; el mismo de los últimos 80 o más años, el único que conoce.

Aquí en Chile, el Fiscal Nacional, Sabas Chahuan, se acabronó. El caporal de la fiscalía se quedó con todos los casos políticos, aristas incluidas. El “pentagate”, el “soquimichgate” y todos los “gates” que puedan aparecer en los próximos días. Pienso que el jefe de la fiscalía va a liquidar a un par de políticos de la ex derecha y a los “Carlos”, y el resto va a pasar piola. Veremos.

Anda por ahí otro juez o fiscal (a esta altura ya se me confunden) que está a cargo del caso del lechón y su pierna suave. El sabueso ya requisó papeles desde la Municipalidad de Rancagua, computadores y otras yerbas. Y al Luca Brasil de Caval lo tienen con protección policial para que no le caiga un piano en la cabeza que parezca accidente. Detalles.

El ex tasador y ahora Seremi de Vivienda asegura que jamás ha actuado de forma reprochable y el hijo de la Claudia pasó por caja y cobró los $9.500 millones. Supongo que como mucho el Seremi termina sin pega mientras le consiguen otra nueva y mejor remunerada, mientras el lechón ya se forró y el billete no se lo quita nadie. ¿Justicia divina?.

Tal vez en los próximos días hará aparición el Juez Carroza, quien colaborará con la causa aportando una carretillada de huesos que sirvan para enterrar los innumerables “gates”; y en último caso, podríamos hacer un concurso público que sirva para aportar pruebas, testimonios y dichos a la pasada sobre los asesinatos de Neruda, Allende, Manuel Rodríguez, Caupolicán y el Comandante Pepe.


Como vemos, entre la República hermana de la Argentina y la Republica unitaria (si los indios comunistas no dicen otra cosa) de Chile, tenemos genes comunes. Todos venimos de la misma parte y seguramente terminaremos en el mismo hoyo.

Máximo.

jueves, febrero 26, 2015

FRUSTRACIÓN INSTITUCIONAL EN LA ARAUCANÍA.


Se configura un cuadro complejo para la convivencia pacífica de la población de la región y para las posibilidades de región y para las posibilidades de generación de desarrollo económico y mejores condiciones de vida para sus habitantes.

El crimen del matrimonio Luchsinger-McKay, junto con el dolor familiar y el estupor de la ciudadanía ante el asesinato de personas inocentes y ancianas, ha comenzado a generar, transcurridos más de dos años de los hechos, una enorme frustración en esa misma ciudadanía, así como en los fiscales y los familiares de las víctimas, respecto de la capacidad institucional del sistema policial y de justicia para encontrar a los culpables.

Hasta ahora solo ha sido posible detener, juzgar y condenar a Celestino Córdova, y solo porque resultó herido en el incidente, y como consecuencia de ello, fue hallado en las inmediaciones del lugar de los hechos. La forma en que ocurrió el incendio y muerte de ambas víctimas, y el resto de los antecedentes recolectados, han llevado a la fiscalía de La Araucanía a la convicción de que en el ataque participaron varias personas. Sin embargo, hasta ahora nadie más ha sido detenido y no ha sido posible avanzar en el esclarecimiento de los hechos y en el castigo a los culpables.

Tanto la familia afectada como la fiscalía encargada de la investigación han sido categóricas en señalar que el problema más grave que enfrentan para resolver el caso, más allá de la dificultad de aportar pruebas que inculpen de manera directa a otros posibles participantes y la ausencia de elementos tecnológicos que permitan efectuar pericias iniciales con la diligencia y precisión requeridas, es la imposibilidad de contar con testigos que deseen aportar antecedentes que sirvan para sindicar al resto de los cómplices del hecho, por el temor respecto de sus vidas y las de sus familiares que se les infunde en caso de colaborar con la policía. Ello se ve agravado por el precedente de la Corte de Cañete que, el año pasado, obligó, en otra causa, a entregar los nombres de los testigos protegidos de la misma, lo que virtualmente elimina toda posibilidad de que estos mantengan su disposición a colaborar con la justicia.

De esta manera, se configura un cuadro complejo para la convivencia pacífica de la población de la región y para las posibilidades de generación de desarrollo económico y mejores condiciones de vida para sus habitantes. En efecto, por una parte, el Gobierno anuncia la posible creación de un Ministerio de Pueblos Indígenas, que entregue garantías a dichos pueblos para "gozar, en igualdad de condiciones, de los derechos y oportunidades que la ley ofrece a los demás miembros de la población", y, por otra, no ha mostrado la misma disposición y capacidad para otorgarle al resto de la población de la región garantías de que sus bienes y su seguridad serán resguardados por la institucionalidad vigente, cuando esta es atacada por pequeños grupos, radicalizados y violentos, que queriendo representar a esos pueblos indígenas, se sienten con el derecho de destruir bienes y vidas ajenas, sin acatar la ley. En un escenario como el descrito, no resulta extraño que muchas personas sientan que más que establecer "igualdad de condiciones" para las etnias originarias y la población civil de la región que no tenga ese origen, se están sentando las bases para condiciones de privilegio de los primeros en contra de los segundos, y eso no es el sustrato apropiado para que la zona prospere y, junto con ello, lo hagan los pueblos indígenas, los más afectados por la pobreza.

Es de esperar que cualquiera sea la institucionalidad que al respecto se construya, ella establezca, como elemento esencial, el aislamiento de quienes ejercen la violencia como método de acción política, puesto que ello es, y debe seguir siendo, un comportamiento inaceptable en nuestro país.


El Mercurio.

miércoles, febrero 25, 2015

¿DE REPÚBLICA ADMIRADA A REPÚBLICA DE OPERETA?


Casi en la misma medida en que aumentó en estos días el caudal patrimonial del primogénito de la Presidenta, disminuyó el caudal político de ella.

 El desprestigio de la clase política y el escepticismo ciudadano ante las instituciones de nuestra democracia han alcanzado niveles inquietantes, pero aún no tocamos fondo ni llegamos al punto de no retorno. Por eso todavía algunos abrigamos la esperanza de que sea posible recuperar terreno y volver a ser una excepción regional, un país respetado entre vecinos de complicadas credenciales democráticas y de sonados fracasos económicos. Para ello urge un esfuerzo conjunto de la clase política -¿de quién si no?- porque hoy corremos el riesgo de pasar de una república respetada a una república de opereta. El país está herido, pero sus heridas aún no son necesariamente mortales.
Los casos Penta y el Nuera-Gate, por no mencionar otros de reciente ocurrencia y algunos que comienzan a aflorar a la luz pública, le clavaron al prestigio y la institucionalidad de Chile dolorosos banderines en el lomo. El país sangra ante la consternación, irritación e impotencia de una ciudadanía que le pasa la cuenta a todos los políticos por igual. Aquí no hay empate ni vencedores. Hay sólo un gran perdedor: Chile. Aquellos que alegan a favor o en contra de la teoría del empate para no admitir su propia responsabilidad aún no se dan cuenta que desde hace semanas los chilenos no hacen diferencia entre los escándalos de uno u otro sector. Lo que está ocurriendo atenta contra la sustancia misma de la república, y recuperarla no será fácil. La confianza se construye a lo largo del tiempo, pero se desmorona en un día.
Lo que más ha sorprendido al país es el escándalo Caval-Dávalos, pues salpica a la Presidenta. Esto se debe a que parlamentarios hay muchos, pero Presidente uno solo, y la presidencia encarna lo que nos une e identifica al más alto nivel en términos políticos como nación. La gente no olvida con facilidad que al comienzo del caso Caval-Dávalos, el gobierno ejerció una defensa cerrada del hijo de la Mandataria, el que tardó demasiado en dejar La Moneda, y se marchó pidiendo perdón a su madre y al gobierno, mas no a los chilenos pese a que lo que hizo fue manchar a una institución clave de nuestra vida republicana.
Tampoco creo que la opinión pública vea con buenos ojos que ante el mayor escándalo experimentado en democracia por La Moneda, la Mandataria no interrumpiera al menos brevemente sus vacaciones para dar a conocer su opinión ante los chilenos, y que al regreso del descanso no hiciese una autocrítica por haber entregado a su hijo el cargo en palacio, pese a que desde un inicio hubo fuertes voces críticas de izquierda que desaconsejaron el nombramiento por el vínculo del primogénito con los negocios. Las encuestas y la temperatura ambiente indican que la Presidenta perdió en forma dramática –al menos temporalmente- apoyo ciudadano, algo delicado en una etapa en que el país afronta radicales reformas estructurales, los parlamentarios cuentan con 12% de aprobación y nos hostigan países vecinos.
Hay otros factores que cuesta aceptar: por ejemplo, que la Mandataria se haya dado cuenta de la operación de Caval a través de la prensa. Cuesta imaginar que haya familias socialistas en Chile donde no sea tema conseguir con una empresa de 10 mil dólares de capital un crédito por 10 millones de dólares para una operación que, en 60 días, arroja 15 millones de dólares. A partir de ahora cada vez que el oficialismo hable de que lucha por la igualdad y emparejar la cancha, contra los privilegios sociales y los poderosos de siempre, los chilenos tendrán el derecho a reaccionar con una mueca de ironía o dolor, con escepticismo o sospecha, y con la amarga convicción de que una cosa es la retórica de la política y otra la política, con la triste convicción de que la política trata de intereses ocultos ante los ojos del ciudadano corriente. Si el oficialismo insiste en su discurso igualitario y redentor como si nada después del caso Caval-Dávalos, estará marcándose un autogol de media cancha.
Casi en la misma medida en que aumentó en estos días el caudal patrimonial del primogénito de la Presidenta, disminuyó el caudal político de ella. Y en la misma medida en que avanzan investigaciones sobre la relación entre el dinero y las campañas políticas, disminuye la confianza de los chilenos en los políticos. Chile no puede seguir así, dividido, polarizado, con una economía con problemas y escándalos políticos que enlodan a la clase política y también al empresariado, una tensión en donde pagan justos por pecadores, y cosecha el populismo.
Se hace urgente que los políticos encuentren vías para rescatar las formas de hacer bien las cosas y recuperar el sentido original de la política como servicio público. Me temo que a estas alturas ya no basta con que los parlamentarios acuerden pedir perdón a la ciudadanía y establezcan bases para el inicio de una nueva etapa. Tampoco se ve que la Mandataria, después de su tardía reacción frente al Nuera-Gate, esté en condiciones de liderar un esfuerzo en ese sentido. Enfrentamos, por lo tanto, una delicada erosión de la institucionalidad democrática. Urge explorar formas conjuntas y suprapartidarias para que la población empiece a recuperar la fe en la política. Tal vez el impulso inicial debería venir de los ex Presidentes de la República. En estos momentos ellos debieran alcanzar un consenso y hacer oír su voz desde la experiencia, la unidad y la autoridad que poseen.

Roberto Ampuero, Foro Líbero.

martes, febrero 24, 2015

MAL BLINDAJE.


Dos semanas después de que estallara el escándalo, la estrategia de blindaje a Bachelet hace agua por todos lados. La Presidenta está ahora más inmersa en la polémica que hace dos semanas. Tanto las declaraciones de Dávalos Bachelet como las de la propia Presidenta solo han ayudado a empeorar las cosas.

 La significativa caída en la aprobación presidencial de Michelle Bachelet demuestra la falla estrepitosa de la estrategia de blindaje que implementó el equipo político de La Moneda. En vez de salir a dar la cara y enfrentar el problema que le generó las aventuras empresariales de su hijo, Bachelet permaneció alejada de la coyuntura, de vacaciones. Cuando finalmente dio la cara, no despejó legítimas dudas sobre qué tanto sabía respecto de los negocios de su hijo y por qué no se interiorizó más sobre los mismos antes de nombrarlo al cargo simbólico de primera dama.
Aunque intentó separar aguas entre los negocios del hijo y la imagen de la madre, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, se compró la responsabilidad de haber coadyuvado en la caída en la aprobación de Bachelet. Porque no logró que la Presidenta entendiera que este era un problema mayor o porque él mismo no vio el tsunami que se venía, Peñailillo ahora pagará las consecuencias de ser el escudero y favorito de una Presidenta que parece estar perdiendo ese toque mágico que tenía con la ciudadanía.
Cuando estalló el escándalo, el gobierno estaba de vacaciones. Una vez más, un tsunami golpeó sorpresivamente a un equipo de gobierno que se confía demasiado en la privilegiada relación que tiene Bachelet con la ciudadanía. Pero como incluso los presidentes más populares a veces pierden su encanto, la tardía y lenta reacción del gobierno contribuyó a que la crisis escalara hasta convertirse en el peor tropiezo que ha experimentado el gobierno en sus 12 meses en el poder.
Cuando el ministro del Interior entró al ruedo, subrayó sus discrepancias con el primogénito de Bachelet en vez de especificar cuál era la postura del gobierno respecto al tráfico de influencias y a las relaciones carnales entre el servicio público y los negocios. Ya sea porque el ministro del Interior no habló con Bachelet sobre este asunto o porque su postura discrepaba de la postura de la Presidenta, la opinión pública no supo qué pensaba Bachelet sobre los lucrativos negocios de su hijo. Preocupado de proteger a la Presidenta, pero sin dimensionar lo potencialmente riesgoso de este escándalo, Peñailillo buscó separar aguas entre Bachelet y Dávalos Bachelet. Pero como el primogénito lleva el apellido de la madre, y como la madre lo nombró en un puesto de su exclusiva confianza, la estrategia no funcionó.
La renuncia de Dávalos Bachelet no ayudó a tranquilizar las aguas. Porque el primogénito renunció sin dar explicaciones y porque su mea culpa dejó más dudas que respuestas, el alejamiento de Dávalos escaló la crisis. La Nueva Mayoría en pleno debió pronunciarse. No tardaron en aparecer cuestionamientos éticos a Dávalos Bachelet y los cuestionamientos políticos a la Presidenta por haber tomado la decisión de nombrarlo respondiendo más a la condición de madre que de primera mandataria.
Como las aguas no aquietaban, la propia Bachelet finalmente debió abordar el tema. Pero como esperó volver de vacaciones y como la Presidenta no estuvo dispuesta a hacer un mea culpa ni por los negocios del hijo ni por su decisión de nombrarlo al cargo de “primer damo”, parece poco probable que la declaración de Bachelet el día de ayer cierre el tema. Como Bachelet no estuvo dispuesta a contestar varias legítimas preguntas de la prensa, el tema seguirá abierto. Si bien eventualmente bajará la presión, el daño sobre la imagen de Bachelet y sobre el mensaje de su gobierno de querer combatir la desigualdad quedará irremediablemente manchado por el accionar del primogénito de la Presidenta.
Después del verano de 2007, para poder salir a flote después de la crisis producida por la implementación del Transantiago, Bachelet reconoció que una vocecita en su interior le recomendaba no haber implementado el Transantiago. Esta vez será difícil usar la misma estrategia para salir del enredo de haber nombrado a su hijo. Felizmente para Bachelet, el escándalo Nueragate es de una magnitud sustancialmente menor al del Transantiago. Pero el efecto sobre la aprobación de Bachelet y sobre la credibilidad de su mensaje de lucha contra la desigualdad no será trivial.
Dos semanas después de que estallara el escándalo, la estrategia de blindaje a Bachelet hace agua por todos lados. La Presidenta está ahora más inmersa en la polémica que hace dos semanas. Tanto las declaraciones de Dávalos Bachelet como las de la propia Presidenta solo han ayudado a empeorar las cosas.Precisamente porque la Presidenta deberá seguir pagando costos políticos por los desaciertos políticos de su hijo, y por su propia obstinación en nombrarlo a un cargo de confianza personal, pronto comenzarán las acusaciones sobre quién fue responsable de haber permitido que se llegara a esta situación. Como el rostro público de la estrategia de blindaje ha sido el ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, los dedos pronto apuntarán al hombre de más confianza de la Presidenta en el gobierno.

Patricio Navia, Foro Líbero y académico Escuela de Ciencia Política UDP.

lunes, febrero 23, 2015

BACHELET: EN LA JUNGLA Y SIN CELULAR.


Apareció la Claudia, ¿la vieron?. Dio una conferencia de prensa de unos pocos minutos, tiempo suficiente para no decir nada interesante, como siempre. Además de recordarle al populacho bárbaro que le gusta la igualdad, la fraternidad, el amor de madre, la equidad y la justicia social, anunció que su hijo querido es muy buen cabro, que hizo flor de trabajo como Primer Damo de la República y que como siempre, ella no sabía nada de nada. La Claudia no mata una mosca. Todo esto con carita de pena la pobrecita, mientras casi casi le caía una lágrima por su roja y regordeta mejilla.

Según la viejuja, se enteró sobre el inofensivo negociado de su retoño por la prensa. Un día cualquiera de este caluroso verano, apareció el suplementero en la puerta de su casita con vista al lago y le dejó el diario de Cristiancito, el con Síndrome de Estocolmo, al lado de la botella de leche y la media docena de pan amasado. Ella salió con los cachirulos, pantuflas y bata de levantarse y, ¡cataplúm!, vio en primera plana la foto del lechón, la señora lechona y el tío Andrónico. La pobre mujer no sabía que pensar, miró el calendario por si era 28 de diciembre, pero no. Dicen que la Jupi le llevó un vaso de agua con azúcar y le tomó la presión. Tenía 18/13; la viejuja casi se nos va cortada.

Según la Claudia, no solo su casa queda en medio de la selva impenetrable, donde no llega la televisión, radio, internet ni la señal de celular; ademas, ella nunca supo del negociado turbio en Machali, ni antes de, ni despues de. Y como en este país somos todos caídos del catre, le creemos. ¡Si oh!. Bueno, algunos le seguirán creyendo.

En fin, al parecer las encuestas se le fueron al suelo a la Nueva Mediocridad, nada que el tiempo, unos cuantos bonos y una recolección de huesos dirigida por Carroza no puedan solucionar…Dicen.

Máximo.

domingo, febrero 22, 2015

¿NUERAGATE O BANCOCHILEGATE?


La escandalosa argumentación del Gobierno socialista de que el préstamo por más de 6 mil millones de pesos del Banco Chile a la PYME de la nuera de la Presidenta de la República fue sólo una negociación entre privados, no convence a nadie, ni siquiera al ministro de Hacienda, un economista que conoce la materia. Lo ocurrido no sólo es atribuible al aprovechamiento que hizo Sebastián Dávalos del nombre de su madre, sino, también, se trata de una tremenda irregularidad en que incurrió el propio dueño de la entidad financiera, Andrónico Luksic, con finalidades que no son difíciles de deducir.

Categóricamente, no es un negocio entre privados por dos grandes motivos: el préstamo se hizo con dinero de todos los ahorrantes del Banco Chile y se concretó en función de una eventual venta de terrenos cuyo uso iba a ser modificado por un Plan Regulador que depende del Ministerio de Vivienda que no es una entidad particular sino estatal y, por tanto, funciona con recursos de todos los chilenos.

Por parte de la sociedad Caval, cuyo 50% es propiedad de la esposa de Dávalos, ésta sólo se limitó a disfrutar de un crédito discrecional por 10 millones de dólares cuyo visto bueno lo dio personalmente el vicepresidente de la institución, Andrónico Luksic.

La solicitud de un préstamo está condicionada a múltiples obligaciones y es cuestión de acceder a la página web del Banco Chile para conocerlas y comprobar que en este caso puntual la propia entidad no cumplió con los requisitos que se auto impone y que los exige la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).

Con un patrimonio de sólo seis millones de pesos  —discutible, por lo demás, ya que la empresa ni siquiera consigna oficina—, el Banco Chile facilitó 6.500 millones. Antes de que el mismísimo Luksic diera luz verde al crédito, su gerente comercial de Grandes Empresas había negado el otorgamiento del mismo por falta de respaldo. Lo mismo hicieron, previamente, Santander e Itaú.

Ni siquiera hay que echar mano a la norma interna de las entidades financieras de no otorgar préstamos a personas vinculadas a la política, porque Bachelet aún no asumía como Presidenta. Lo éticamente discutible por parte de Andrónico Luksic es que la aprobación del crédito se notificó al solicitante al día siguiente de que ella fuese electa Mandataria.

Sin duda que se trata de una operación, si no ilegal, totalmente irregular, y será la SBIF la que determine si el voluntario autogol que se hizo el Banco Chile merece  las penas establecidas para estos casos, que van desde amonestación a multa.

Es evidente que en este episodio hubo tráfico de influencia por parte del hijo de la Presidenta, pero el banco estaba en su derecho a rechazar la solicitud, tal como lo hizo un gerente, ateniéndose a las condiciones establecidas.  La intervención personal de Luksic revela su intencionalidad de sacar provecho del favor que le concedió a Dávalos a cambio de quién sabe que beneficios o prebendas.

Por cuestiones políticas, el debate de este millonario crédito se puso en un foco político, pero no puede ignorarse ni menos silenciarse la conducta de Andrónico Luksic, éticamente mucho más reprochable que las presiones que, se supone, ejerció Dávalos utilizando a su madre.
Voxpress.

sábado, febrero 21, 2015

EL SACRIFICIO DE LEOPOLDO.


Este año de reclusión de López nos recuerda una advertencia muy seria, incluso para nuestro país: a veces creemos imposible el descalabro, creemos lejana una degeneración tan violenta como la venezolana.

 Ha cumplido un año de encierro Leopoldo López, reo político venezolano, en los calabozos de la “Revolución Bonita”. Y lo ha cumplido rodeado de la podredumbre institucional y moral más agresiva y pestilente que ha conocido la historia venezolana, empezando por la propia prisión de Ramo Verde. Se ha convertido, para pesar del heredero y de la casta chavista, en un dolor de cabeza de Padre y Señor Nuestro. Leopoldo es (o debería ser), para la galería internacional, una de las muestras de desprecio por la justicia, la libertad y la dignidad humana más difíciles de ocultar. Ni hablar de las mil y un desgracias cotidianas que cualquier venezolano debe soportar, con excepción de los privilegiados en el poder.
El político y economista caraqueño cometió el “grave delito” de protestar en contra del régimen de Nicolás Maduro (la libertad de expresión violada y violentada en su nivel máximo). Fue acusado –sin evidencia alguna- de terrorismo, homicidio e incendio de edificios públicos, y lanzado a los leones en un sacrificio burdo que ha motivado el rechazo de la opinión pública que aprecia la libertad.
¿Para qué ha servido el sacrificio de Leopoldo durante este año? ¿Cómo interpretarlo? Lo primero es entender que el problema central no solo es el cautiverio de López. Tampoco lo es la triste postal que muestra Venezuela: miseria generalizada, clase media empobrecida, colas para comprar alimentos racionados, gente marcada como ganado en esas colas para que no compren más de lo bolivarianamente permitido, confiscaciones arbitrarias, persecuciones y discriminaciones políticas, corrupción socialmente aceptada. Tampoco está en el estrangulamiento de la libertad económica y política, en la monstruosa delincuencia –cada vez más difícil de distinguir en medio de la degeneración social–, ni en las sucesivas perversiones que ya ni son noticia.
Esos son los síntomas de la real enfermedad que Leopoldo López nos recuerda con su triste aniversario: el descalabro institucional de un país. Porque el régimen socialista instaurado en Venezuela es, para colmo de males, una mezcla tan compleja como peligrosa. Es un fenómeno, un embutido de bolivarianismo, caudillismo y  marxismo-leninismo –por decir poco– muy difícil de digerir. Es esencialmente una forma de populismo revolucionario y eso es bastante más fácil de comprender.
La historia es guión conocido: partidos políticos que, luego de un periodo de cierta gloria, hacen de las suyas. Acto seguido se desprestigian y pierden la confianza de las personas. Como en el proceso dañan las instituciones –institucionalizan sus mañas–, la gente también pierde la confianza en el sistema. Y es ahí cuando salta a las tablas el charlatán, casi nunca inofensivo. Aparece como la representación humana del descontento popular, como el justiciero que castigará a los corruptos y poderosos y, al fin, como la esperanza hecha carne y hueso, con nombre y rostro.
El charlatán populista da su interpretación de las cosas, logrando magistralmente asociar a los corruptos con la democracia representativa. O acaso como un producto inevitable de las instituciones democráticas y económicas liberales, lo cual es un disparate que funciona como discurso. ¿Y qué ocurre? No se da un golpe porque eso pasó de moda y se ve feo. Se va a elecciones, se ganan y, mazo en mano, se demuele el sistema desde dentro. Al poco tiempo, la ruina… y varios leopoldos presos. Pasó en Venezuela. Acaba de empezar algo más o menos similar en Grecia, y está amenazando en España con los profesores revolucionarios de Podemos. En nuestra región, los riesgos son evidentes: la putrefacción de la institucionalidad en Argentina es aterradora por sus efectos presentes y consecuencias impredecibles.
No es un favor a Leopoldo sino una obligación moral y humana solidarizar con él, su esposa Lilian, sus hijos y toda su familia. Debemos repudiar la violación de todas las libertades y la negación de la justicia que hoy distingue a Venezuela. Y –por una cuestión ética y no política- ese rechazo debiese tener al menos la misma fuerza con que salimos a Providencia o la Alameda a exigir un mejor Transantiago o educación de calidad.
Chile y los chilenos no podemos quedarnos tranquilos ni callados ni ciegos. Y por una cuestión bien simple. Este año de reclusión de López nos recuerda una advertencia muy seria, incluso para nuestro país: a veces creemos imposible el descalabro, creemos lejana una degeneración tan violenta como la venezolana.Pero tampoco lo parecía en la Venezuela Saudita de los años 70 y 80. Estamos jugando con fuego. Los Yategates, los Nueragates, los Penta y todos los “gates” que vengan son un peligro terrible. No sólo por el descrédito de la clase política: las instituciones que nos han ayudado a prosperar se debilitan también cuando algunos políticos y empresarios (por falta de transparencia y/o responsabilidad) actúan inescrupulosamente, desprestigiando nuestro sistema político y económico que ha costado décadas consolidar, y que no podemos demoler tentados por la demagogia. No alimentemos la bestia populista que ya husmea por estos lares.

Rafael Rincón-Urdaneta, Fundación para el Progreso.

viernes, febrero 20, 2015

BACHELET: "UNA MADRE HERIDA".


Si el hijo de la mujer que prometió terminar con la cancha dispareja aprovechó su acceso y contactos, ¿qué autoridad moral va a tener ahora la madre para combatir una práctica tan enraizada en nuestra sociedad?

De  todos los ángulos posibles que se puede ver el escándalo del Nueragate, la hasta ahora desconocida reacción que ha tenido Michelle Bachelet como madre del principal involucrado es la que más efectos duraderos tendrá sobre la política chilena. La capacidad del gobierno de la Nueva Mayoría de seguir impulsando reformas que fortalezcan el papel, y la injerencia del Estado en la vida cotidiana de los chilenos y emparejen la cancha para hacer de nuestro país una sociedad menos desigual, dependerá de que Bachelet sea capaz de privilegiar su rol como Presidenta de la República sobre su rol como madre. Porque ella necesita distanciarse de los que se aprovechan de la cultura de la desigualdad, para proteger su imagen como paladín de la igualdad, Bachelet deberá distanciarse también de todo lo que hoy representa su primogénito.
El affaire Dávalos-Compagnon incuestionablemente contradice el mensaje de promover la igualdad, de valoración por lo público sobre lo privado y de rechazo a las prácticas que perpetúan las desigualdades de origen y debilitan la meritocracia. Ya no basta con argumentar que no se cometió ningún ilícito y que el negocio se produjo entre privados. Todos los detalles que se han conocido sobre la forma en que se produjo este lucrativo negocio para la empresa de la nuera de la Presidenta, y en la que trabajaba el primogénito de Bachelet, se ven feos. Desde la reunión con el propio Andrónico Luksic (controlador del Banco de Chile y uno de los hombres con más potenciales conflictos de interés a la hora de darle una manito al hijo de la próxima Presidenta) hasta la forma en que Sebastián Dávalos ha intentado explicar y justificar su actuación y la aparente ingenuidad del negocio, todos los detalles ejemplifican las profundas diferencias que existen en Chile entre los que gozan de acceso por sus orígenes y relaciones familiares y el resto de los chilenos que cotidianamente sufren del abuso y la discriminación por no tener los apellidos, contactos o redes necesarias para jugar en esta cancha cargada a favor de los poderosos. Ahora que el símbolo del abuso —en tanto acceso privilegiado y ventajas injustificadas— resultó ser el hijo de la mujer que prometió terminar con las desigualdades, es comprensible que haya menos personas que imaginen un Chile menos desigualdad y más meritocrático. Si el hijo de la mujer que prometió terminar con la cancha dispareja aprovechó su acceso y contactos, ¿qué autoridad moral va a tener ahora la madre para combatir una práctica tan enraizada en nuestra sociedad?
Desde su primer periodo como Presidenta, Bachelet personificó valores diametralmente distintos a los que hoy se asocian con su primogénito. El hecho de que ella se convirtiera en la primera mujer en llegar a la presidencia constituyó un mensaje inequívoco de inclusión y diversidad. Porque ella era diferente a los mismos de siempre, Bachelet podría abrir las puertas de las oportunidades a millones de chilenos que históricamente habían quedado fuera. Aunque todos los presidentes desde el retorno de la democracia prometieron más igualdad, solo una persona que había sido víctima de la exclusión y múltiples discriminaciones y abusos podía personificar ese mensaje y materializar los sueños de los que siempre fueron parte del baile de los que sobran.
Es verdad que en su primer gobierno su discurso de oportunidades tuvo tropiezos. Su promesa de paridad de género se vio frustrada por el bloqueo de los partidos. Su impulso por promover una democracia participativa se hundió con la implementación del Transantiago. En su segundo gobierno, Bachelet retomó el discurso del fin de los abusos, de ampliar las oportunidades y terminar con las desigualdades de origen. El relato sobre el que se construyó la reforma tributaria —fustigando a los poderosos de siempre— y el mensaje central en la reforma educacional fue el combate a la desigualdad. El discurso bacheletista es que de poco sirve el crecimiento y el empleo si la torta está mal distribuida y unos pocos gozan —y lucran— de un acceso que la gran mayoría de los chilenos nunca ha soñado tener. El que los chilenos crean ahora que el hijo de Bachelet ha entrado a ese clan de los poderosos de siempre constituye un misil contra la línea de flotación del mensaje de lucha contra la desigualdad.
La vergüenza por el triste espectáculo que dio su hijo hace comprensible que Bachelet sea hoy una madre herida. Pero la contradicción entre los valores que ella promueve para el país y la realidad de los valores que predominan en las actividades públicas de su primogénito, debilitan la imagen de Bachelet como una madre de la nación determinada a terminar con las desigualdades que abundan en Chile, con la cultura del abuso, el pituto y la falta de meritocracia. Por eso, aunque sea difícil, la madre herida no podrá esta vez decir “paso” cuando le pregunten por los hechos que han dominado la agenda política del país estos últimos 10 días.

Patricio Navia, Foro Líbero y académico Escuela de Ciencia Política UDP.

jueves, febrero 19, 2015

LO QUE FALTABA EN LA ARAUCANÍA: MAFIA.


Aunque los trabajos más extenuantes que tuvo en sus primeros 11 meses de Gobierno fueron firmar proyectos y reformas, leer discursos y hacer viajes para socializar el socialismo, la Presidenta Michelle Bachelet igual hizo uso de sus vacaciones legales.

Para el descanso dispuso de dos viviendas de veraneo de su propiedad y, además, de las comodidades y atenciones que le ofrece el Palacio de Cerro Castillo. Pensó ir a su casa del balneario ecológico de Tunquén, pero quizás no quiso incomodar con su presencia a su vecina y antigua amiga, la hermana de Carlos Alberto Délano. Optó por instalarse en su residencia a orillas del lago Caburgua, en la Región de La Araucanía.

Allí, cual Nerón presenciando la destrucción de Roma, desde lejos divisó la escalada de incendios que cada noche afectan a sectores rurales de La Araucanía, la Región más convulsionada del país y dominados sus campos por comuneros extremistas.

Durante su ausencia, a cargo de la baticueva quedó Robin, un joven que añora sus jeans y que aún no aprende a abotonarse sus trajes azulinos de tela italiana que le confecciona el mismo modisto que viste a Ricardo Lagos. En su calidad de segundo a bordo, Rodrigo Peña y Lillo, responsable de la seguridad interior del país, planeó su primera actividad como tal, viajando a Punta Arenas y Puerto Natales.
Su avión voló muy por arriba de La Araucanía, Región que en rigor y en virtud de su cargo de ministro del Interior, debió ser la primera en visitar para que, de una vez por todas, alguien intente poner freno a la subversión rural que por años afecta a la zona y que suma atentados, saqueos, secuestro de camioneros, robos de cargamento de trigo, incendios de fundos y maquinarias, muertos, heridos y, más recientemente, el actuar de mafiosos.

Erróneamente, el Gobierno socialista calculó que designando a un Intendente de raíces mapuches iría a aminorar  la violencia, pero resultó todo al revés. Como en ninguna otra zona del país –ni siquiera en la mayor poblada del país, la Metropolitana–, Carabineros tiene permanentemente desplegadas fuerzas de seguridad como ocurre en La Araucanía, pero, así y todo, grupos de comuneros subversivos, instruidos en La Habana y por las FARC colombianas, tienen el control territorial.

La complicidad política oficialista con la violencia es indesmentible. La CONADI anunció que, a partir de ahora, no entregará tierras a las comunidades terroristas, lo que significa que esta oficina del Estado conoce perfectamente cuáles y quiénes son, pero no existe la voluntad de adoptar acciones definitivas, sino se limita a la estéril y consabida amenaza de que “presentaremos una querella contra quienes resulten responsables”, o sea, la nada misma, más todavía si hay pruebas fehacientes de los vínculos solidariamente políticos entre jueces y subversivos.

Las redes de estos comuneros extremistas son conocidas y operan sin restricción alguna. Héctor Llaitul, ex dirigente de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) intentó asesinar a balazos a un fiscal. Cumple condena, pero  ahora, gracias a un beneficio de Gendarmería, goza de libertad diurna toda la semana y, en cosa de horas, consiguió un trabajo…

En tanto, la familia del universitario Matías Catrileo, abatido en una “toma” de un fundo, se negó a recibir la millonaria indemnización con que lo favoreció un fallo de la Corte Suprema, respecto a loa cual el Intendente Francisco Huenchumilla felicitó a sus parientes por el rechazo a la compensación…

Los cómplices del machi Celestino Córdova, el autor no confeso del crimen del matrimonio Luchsinger/MacKay en Vilcún, aún continúan prófugos y no se sabe de indemnizaciones para los funcionarios de Carabineros que han muerto o quedaron incapacitados a causa de acciones de los subversivos.

Lo más vergonzoso es que un conflicto política y territorialmente acotado como éste,  recibe fondos de ONG’s extranjeras y es atizado por innumerables páginas web que lo alientan a extender sus acciones violentas a las Regiones de Los Ríos y Los Lagos, como, de hecho, ya empezó a ocurrir con episodios de conocimiento público.

La última acción de estos terroristas deja en evidencia que sus acciones desbordan, incluso, los límites de su propia ideología, procediendo  como organizaciones simplemente delictuales que, sí o sí, tienen que ser neutralizadas y condenadas. La más reciente “obra” de estos comuneros extremistas fue la extorsión a un propietario de fundo en la comuna de Ercilla: bajo amenaza de armas, lo conminaron a entregar toda su reciente cosecha de trigo a cambio de…¡no quemarle íntegramente la propiedad!

La Araucanía es hoy una tierra sembrada de ataques incendiarios  –17 en dos semanas–, saqueos, robos de animales, crímenes, asaltos y bombazos, y ahora acaba de agregarse la extorsión, al estilo de las más crueles mafias. Sin embargo, el ministro encargado de la seguridad de todo el país, y por ende de La Araucanía, pasa volando por sobre ella, un territorio de sombrío e insospechable destino.

Justo Pastor Suárez.

miércoles, febrero 18, 2015

ANDRÓNICO LUKSIC: EL TITIRITERO.


No pienso leer los sesudos análisis ex post del caso “nueragate”, las razones de Dávalos para querer hacerse rico en una pasada, las razones de la nuera para lo mismo y las razones de Andrónico Luksic para reunirse con tan distinguida clientela. Cada uno explicará la razón de la sinrazón, como se hace siempre en estos casos.

Prefiero centrarme en datos duros, Evidencias incontrarrestables. Lean el artículo pequeño, el de pie de página, solo ese y nada más que ese: http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-02-15&dtB=15-02-2015%200:00:00&PaginaId=4&bodyid=2

¿Alguien considera que esto es normal, sano, transparente y/o razonable?. Es más, a alguien le puede parecer que algo así no debiera ser derechamente ilegal?. Es decir, entiendo que alguien pueda pasar del abnegado servicio público a la empresa privada y viceversa; todos deben ganarse el pan de cada día, además de financiar el colegio discriminador al que asisten sus herederos, la isapre discriminadora, el ranchito en Vitacura y la mediagua en Cachagua. ¿Pero esto?. ¿No creen que es hasta impúdico?.

El grupo Luksic maneja una horda de servidores de la patria; los mandan para allá, los traen para acá, los envían nuevamente en comisión de servicio y los vuelven a aguachar. ¿Cuál es el límite?.

Solo en un país en estado de semi barbarie se puede permitir que uno de los hombres más ricos del mundo tenga en su nómina a la presidenta del país bananero, varios ministros, ex ministros, hermanos de ministros y hasta al hijo vago y su pierna. Insisto, ¿cuál es el límite?. Seguramente el límite no existe, o el límite lo pone la cantidad de plata que don Andrónico puede poner sobre la mesa. Y como es tanta…..

Y todos callan.

Máximo.

martes, febrero 17, 2015

ESPERANZA PARA VENEZUELA.


"Hay muchos países que sufren crisis económica. Bien lo saben los europeos, que se apretaron el cinturón, pero, a diferencia de los venezolanos, mantienen intactas sus libertades y derechos democráticos para presionar en las calles y en las urnas por mejoras... "

En medio de las vacaciones, recibo un mail de auxilio de una amiga venezolana. Pide que la ayudemos a difundir las noticias de su país, para "alertar al mundo de la situación que viven en Venezuela". Escribo esta columna el día del aniversario del inicio de las protestas, que el año pasado duraron cien días y dejaron 43 muertos y 878 heridos.

Nada mejoró en Venezuela este último año. Al contrario, la economía va en picada; el FMI pronostica una caída del 7% del PIB. La baja del precio del petróleo redujo a la mitad el "sueldo nacional"; la inflación terminó 2014 en 64%, y la escasez obliga a hacer colas por los productos básicos. Esta carestía aumenta, porque la producción nacional es mínima y los controles cambiarios impiden importar bienes necesarios.

El gobierno acusa a los empresarios de una "guerra económica", y denuncia intentonas golpistas. No puede reconocer que sus trasnochadas políticas socialistas son la causa de la debacle. En vez de cambiar el rumbo, hostiga y apresa empresarios y comerciantes -20 fueron detenidos a comienzos de febrero-, acusados de "boicot, especulación y acaparamiento". Y llega al extremo de prohibir las colas, tomarles fotos y divulgarlas por internet, absurda medida para tapar la escasez.

Hay muchos países que sufren crisis económicas. Bien lo saben los europeos, que se apretaron el cinturón, pero, a diferencia de los venezolanos, mantienen intactas sus libertades y derechos democráticos para presionar en las calles y en las urnas por mejoras.

En Venezuela, las manifestaciones son reprimidas con brutal violencia por un gobierno que, a medida que la situación empeora, va adquiriendo visos dictatoriales.

La última medida para amedrentar a la oposición fue autorizar a la policía el uso de armas de fuego durante las protestas. Aun así, los venezolanos salieron a la calle a hacer valer sus derechos. Jóvenes estudiantes y gente mayor, marchando por Caracas y otras ciudades en homenaje a los caídos en las protestas de 2014 y por la liberación de los 69 presos políticos. Leopoldo López sigue en la cárcel, a pesar de los pedidos internacionales. Tres estudiantes son torturados en lo que llaman "la tumba", celdas de los sótanos del Servicio de Inteligencia. Reporteros sin Fronteras define 2014 como un "año negro" para la libertad de prensa en Venezuela. No tengo espacio para describir la corrupción y la inseguridad ciudadana, dos flagelos que hacen de ese país un lugar de impunidad.

Parece una paradoja, pero quiero decir que tengo esperanza de que este año las cosas puedan mejorar. La oposición unida ha llamado a un acuerdo nacional para la transición. Un documento serio, que demuestra su voluntad de cambio pacífico para reemplazar al régimen fracasado por uno que respete la democracia y los derechos humanos, y salve la economía. No será fácil. El chavismo controla las Fuerzas Armadas y todo el aparato estatal. Pero la oposición tiene una herramienta clave -las próximas elecciones legislativas- para recuperar la iniciativa y revertir quince años de desastroso socialismo del siglo XXI. 

Tamara Avetikian.

lunes, febrero 16, 2015

EL HIJITO CHANTA.


El gordo seboso es un chanta, eso ya lo sabemos; además es sinvergüenza y vago. Y como si esto no fuera suficiente, el gallo es pollerudo, se esconde debajo de la falda de la mamá y la señora, a una le pide pega y a la otra la coloca de palo blanco. Sebastiancito es un cafiche.

El hijito de mamá entregó su declaración, esa donde dice lo que a nadie le interesa. Asegura tener una casa que le debe al…Banco de Chile, obvio, y participa en dos sociedades. A mí me gustaría saber lo que no se puede decir, ahí está la papa.

Por de pronto, el lechón es el primer damo, donde administra un presupuesto de US$ 300 millones, dinero que con sus atributos intelectuales de dudosa calidad y su obsesión compulsiva por el lujo y el dinero fácil, está en las peores manos.  

Como será de cara dura el huevón, que se saca los balazos con eso de que la pega es sin remuneración, como si todos los chilenos fuéramos tan sacos de pera como los que votaron por su mami a cambio de 40 lucas una vez al año y una promesa de paraíso terrenal. ¿Trabaja gratis el weas?. Sí, como no. El negocio del lechón con aro de maraco no es cobrar sueldo, es ser hijo de su mamá y así tener llegada con la “elite” económica, a quienes les hace favores a cambio de coimas.

Por último, este pastel y su señora están metidos en este lio por no pagarle a un empleado, el mismo que hacía el trabajo sucio, y quien confesó a la prensa que si habla, él también iría preso. El lechón y su corte, además, son unos mafiosos.

Aquí la entrevista al ex empleado de Caval, quien denuncia varias irregularidades, incluso un FUT “medio raro”: http://oberreutersurdechile.blogspot.com/2015/02/el-hombre-que-demando-la-nuera-de.html

Máximo.

domingo, febrero 15, 2015

BACHELET DISTANCIÁNDOSE DE BACHELET.


Como la Presidenta ha demostrado que es mamá antes que Presidenta, Peñailillo probablemente perderá cercanía con Bachelet si doblega al primogénito. Aunque sepa que Peñailillo tiene razón, Bachelet igual quedará dolida al ver cómo ha sido humillado su hijo.

Además de afectar la credibilidad del gobierno en su dimensión más simbólica —la igualdad de oportunidades y la lucha contra la desigualdad—, el escándalo del “nueragate” evidencia preocupantes falencias tácticas en el manejo de crisis del gobierno. La estrategia oficialista de desmarcarse de Sebastián Dávalos para proteger a la Presidenta Bachelet parece ignorar que Dávalos es hijo de Bachelet y que su involucramiento en el gobierno se produjo porque Bachelet desoyó el consejo de sus aliados. Porque Dávalos es Bachelet, la estrategia de desmarque no ayudará a solucionar la crisis.
Desde que estallara la crisis hace una semana, el gobierno solo ha echado leña al fuego. A diferencia del subsecretario de Hacienda Alejandro Micco, quien se adelantó en fustigar el acceso privilegiado que utilizó Dávalos para ayudar a la empresa de su esposa, el gobierno inicialmente apostó a que el poco interés que despierta la política en febrero anularía el impacto negativo de la revelación hecha por el semanario Qué Pasa. Cuando salió información adicional que implicaba personalmente a Andrónico Luksic en la aprobación del préstamo a la nuera de la Presidenta, y luego cuando se supo que el propio hijo de Bachelet había participado de esa inusual reunión entre uno de los empresarios más poderosos de Chile y una PYME sin capital pero con muchas conexiones, el gobierno cambió de estrategia. Como la Presidenta está de vacaciones, su ministro del Interior intentó marcar diferencias entre el gobierno y “el señor Dávalos” (como se refirió Rodrigo Peñailillo, en sus primeras declaraciones, al hijo de la Presidenta).
Las revelaciones posteriores respecto a la difícil relación entre Peñailillo, el ministro favorito de la Presidenta, y Dávalos, el hijo primogénito de Bachelet y padre de los únicos nietos de la Mandataria, alimentaron todo tipo de especulaciones. El solo hecho de que Dávalos se refiera a Peñailillo como “el galán rural” evidencia la tensión entre el hijo biológico y el hijo político adoptivo de Bachelet. Mientras el primero ha demostrado reiteradas veces sus pocas habilidades políticas y ha tenido cero cuidado en evitar complicar o avergonzar a su madre, el hijo adoptivo se ha esmerado en evitar que la Presidenta se vea salpicada por escándalos y polémicas que se generan al interior del gobierno. Mientras Dávalos actúa con la displicencia del que se sabe favorito, Peñailillo demuestra esa inquebrantable lealtad del que se cree afortunado por haber sido adoptado.
Como la crisis ha escalado y amenaza con dejar en un segundo plano el escándalo Penta —que tanto le ha facilitado la vida al gobierno y tantos dolores de cabeza le ha dado a la oposición—, el ministro del Interior optó por pasarle la pelota a Dávalos, poniéndole presión al hijo de la Presidenta para que dé explicaciones.  Como Dávalos ha rehuido dar la cara para responder las legítimas preguntas que existen sobre cómo se involucró en el negocio, cómo se produjo la participación de Luksic y qué tanto sabía su madre sobre los negocios de su esposa Natalia Compagnon, Peñailillo tomó un riesgo mayor. Poniendo en riesgo la cercanía que posee con la Presidenta, el ministro del Interior decidió que la mejor forma de proteger a Bachelet era aumentando la presión sobre Dávalos.
Hasta ahora, Dávalos no ha acusado el golpe. Mientras Peñailillo presiona desde La Moneda, el primogénito de Bachelet pasa sus vacaciones junto a la Presidenta. Si Dávalos continúa ignorando a Peñailillo —o si Bachelet decide intervenir para poner paños fríos y evitar que escale la pelea entre sus hijos primogénito y adoptivo—, el ministro del Interior saldrá profundamente debilitado. Si el hijo de Bachelet logra convencer a su madre y se empecina en contravenir al titular de Interior, Peñailillo difícilmente podrá seguir ejerciendo autoridad en el gobierno. Si en cambio Peñailillo se impone y logra que Dávalos dé la cara, el jefe de gabinete se habrá anotado un tremendo gol político a costa de humillar al primogénito de Bachelet.Como la Presidenta ha demostrado que es mamá antes que Presidenta, Peñailillo probablemente perderá cercanía con Bachelet si doblega al primogénito. Aunque sepa que Peñailillo tiene razón, Bachelet igual quedará dolida al ver cómo ha sido humillado su hijo.
De cualquier forma, la jugada de Peñailillo tampoco soluciona el problema. Es cierto que, por lo pronto, le ha quitado algo de presión al gobierno al centrar los cuestionamientos sobre el nueragate en Sebastián Dávalos. Pero como Sebastián Dávalos es el hijo de Bachelet —y su participación en política se debe a su cercanía con la Presidenta—, esta movida es un boomerang que mucho más temprano que tarde retornará al punto de inicio para golpear la credibilidad tanto de Dávalos Bachelet como la de la propia Bachelet. Porque un escándalo que involucre a Dávalos Bachelet está irremediablemente asociado su madre, resulta inútil tratar de focalizar el escándalo sólo en el hijo de la Presidenta.

Patricio Navia, Foro Líbero.