jueves, mayo 29, 2014

BASTA DE VIOLENCIA CONTRA CARABINEROS.


Carta enviada a El Mercurio, no publicada.

Señor Director.

No merece quedar en el olvido el llanto desgarrador de la madre del Carabinero José Cristóbal Barría, recientemente asesinado a mansalva por un delincuente, que conmovió el alma de millones de chilenos y en forma especial a quienes asistimos a su responso al palpar  el dolor  e impotencia de sus padres, frente a la trágica muerte de su hijo.

José era el orgullo de su familia y de su pueblo , Ayacara una tierra lejana con no más de 500 habitantes.  Tenía 27 años y gracias a un esfuerzo extraordinario  ingresó a la Institución que amaba desde pequeño, transformando en realidad el sueño más importante de su familia, tener un hijo Carabinero.

Este nuevo asesinato es el 1.163 que sufre la Institución, a ello debemos agregar los más de 2.300 Carabineros heridos en los últimos cuatro años.
Desafortunadamente se ha convertido en un hecho habitual las emboscadas, pedradas o enfrentamientos en su contra mientras cumplen con su función en el resguardo del orden y la seguridad. Muchos de ellos heridos graves, han salvado de morir a pesar de ataques certeros, como el que le causó la muerte al Cabo Barría.

Para millones de chilenos que valoramos a Carabineros de Chile, como la Institución más querida y más respetada, se hace incomprensible que la legislación y la justicia no sean capaces de poner freno a la creciente ola de ataques  y graves agresiones  hacia Carabineros, que no solo significan dolor o secuelas graves, sino que también un daño moral insuperable.

La ciudadanía ya no quiere más y es por eso que clama para que el Gobierno y la Nueva Mayoría se pongan una mano en el corazón y se legisle en materia de orden público, tramitación  que rechazó permanentemente durante el gobierno anterior.
El respeto, la dignidad, la seguridad y agresiones, aun sin lesiones, merecen una sanción que garantice la autoridad de los miembros de dicha institución.

Numerosos de estos proyectos descansan en el Parlamento y sería un reconocimiento a la loable y cada vez  más peligrosa labor que realiza la noble institución de Carabineros de Chile en el cumplimiento de su deber.

Un país en paz y sin violencia, es el mejor legado al que un gobierno debiera aspirar.

Hacer todos los esfuerzos para que no se repitan hechos tan dolorosos, como la muerte del Cabo Barría  y de más de mil camaradas mártires, debe ser tarea prioritaria del Gobierno y de todos los actores involucrados.

M. Angélica Cristi Marfil

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