jueves, marzo 27, 2014

A FRANCISCO HUENCHUMILLA : TODOS SOMOS CHILENOS.


El nuevo Intendente de La Araucanía se pretende transformar en promotor de un "Estado plurinacional". Sería bueno para Chile que la nueva autoridad se dedique a atrabajar temas urgentes en La Araucanía y deje a quien corresponde que se ocupen de los temas nacionales. Para empezar, Huenchumilla debería colaborar a que se restablezca el Estado de Derecho en su región y se detenga y se encarcele a los responsables de asesinatos, incendios, robos y amenazas que han ocurrido en el último tiempo en la zona. La seguridad es lo primero que demandan los ciudadanos. En segundo lugar, debe enfrentar el negociado que para muchos ha significado la compra de tierras a particulares, para repartirlas de una manera muy curiosa y sin resolver el problema de fondo.

Aunque le sigan comprando tierra a los afectados y se la entreguen a los violentos y a los "apitutados", el problema continuará. Así como Huenchumilla pide perdón al pueblo mapuche "por el despojo que el Estado hizo de sus tierras", sería justo pedir perdón también a los miles de agricultores que fueron, hace no mucho, despojados de sus tierras con la reforma agraria. Las víctimas de ese proceso mal implementado por Frei Montalva y potenciado con Allende exigimos un trato igualitario, pues no debe aceptarse que existan chilenos privilegiados.

La Araucanía debe primero reencontrarse a sí misma, entre todos sus habitantes. Las palabras de Huenchumilla solo aumentan las diferencias y generan más división. Al declarar el intendente, "lo que tiene que hacer el Estado es mirarse al espejo y se va a dar cuenta de que no tiene los ojos azules ni el pelo rubio, y que está conformado por muchas naciones y muchos pueblos", es de una gravedad inmensa. Primero, pues revela un resentimiento personal que no se compadece con su posición. Este tema amerita que el intendente lo supere con una terapia. En relación a que Chile está conformado por muchas naciones, es una aseveración que da pie a que se inicie una vorágine de demandas por espacios e independencias, lo que no tiene fundamento legal ni realismo práctico. Este ciudadano hace un llamado a la Presidente Bachelet a que ordene el gallinero y que las autoridades regionales eviten protagonismos que van más allá de sus mandatos. Huenchumilla "descubre la pólvora" argumentando que la solución es política y no de orden público. Nuevo error, pues el orden público debe respetarse siempre, asegurando a todos vivir en libertad y con respeto por la propiedad privada.

El problema mapuche es de orden público, político y económico, pero sobre todo es cultural. Mientras no mejore el nivel cultural y la educación de las comunidades, nada resolverá el problema de fondo. El diálogo, sin violencia, es lo que debe primar. Continuar propiciando reivindicaciones históricas de más de un siglo de data nos llevaría a revisar la geografía de medio mundo, y a compensar a incas, picunches, huilliches, y en definitiva a todo el pueblo chileno que es un crisol de razas. Esto es Chile, señor Huenchumilla. Ni usted ni nadie tiene derecho a fraccionar el alma de una nación única que nace en Arica y se extiende hasta el fin de nuestro continente.

No es bueno que el intendente se venga "a hacer el lindo". Lo lógico es que haga el trabajo difícil y no se vaya por el camino de la galería con el argumento de estar defendiendo al más débil. La Araucanía necesita más trabajo, más educación, más respeto a las leyes y menos interferencia de asesores y vagos de otros países que solo buscan en estos conflictos protagonismo y dinero. Fuera los agitadores, Chile no los necesita.

Andrés Moreno J.

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