jueves, diciembre 26, 2013

CHILE: UN HORIZONTE LLENO DE DUDAS.



Tal como se preveía, Michel Bachelet ha sido elegida en segunda vuelta con una amplia mayoría. Con todo, dada la altísima abstención (cercana al 60%), el 62% obtenido de los votos válidamente emitidos hace que en realidad, haya sufragado por ella alrededor del 25% del electorado total; aspecto no menor, dadas las profundas reformas que ahora, con bastante más claridad, se han anunciado luego del triunfo.
Es de esperar una verdadera avalancha de modificaciones de todo tipo, dadas las mayorías parlamentarias obtenidas, razón por la cual, algunos prevén que no quedará “títere con cabeza”, como se dice.
Ahora bien, en un escenario en el cual se han anunciado cambios mayúsculos –asamblea constituyente incluida–, al punto que como señaló Evelyn Matthei, “se quiere cambiar la casa en la que vivimos”, no es de extrañar que la bonanza económica a la que tanto nos hemos acostumbrado –y que tan profundamente ha cambiado nuestra forma de vida en las últimas décadas–, sufra una desaceleración no menor, no sólo impulsada por la economía global, como suele decirse (de hecho, hasta hace algunos meses, esa situación global apenas influía en nosotros), sino sobre todo, por estos cambios anunciados.
En efecto: ¿qué inversionista extranjero va a arriesgar su capital, no teniendo claras las reglas que se le propondrán en unos pocos años o meses más? Lo lógico será aguardar a que decanten esas vociferadas modificaciones, para ver si, dadas esas nuevas condiciones, invierte aquí o en otro lado. En consecuencias, aun cuando no se hicieran grandes reformas, el mero anuncio de cambios ya produce una merma en este sentido.
Lo anterior significa que en pocos años, este nivel de vida al que estamos tan acostumbrados podría cambiar notablemente. Esto es importante, porque a momentos, da la impresión que se pensara que este dinamismo económico seguirá igual que antes, como por inercia, lo que es fundamental para la obtención de recursos vía impuestos, como pretende la reforma tributaria anunciada. Sin embargo, no es improbable que si esta reforma se lleva a cabo, en un principio suba la recaudación, pero a costa, como se ha dicho, de “matar la gallina de los huevos de oro”, como también se dice; o sea, “pan para hoy, hambre para mañana”.
Por tanto, en lo que se refiere a bienestar económico, por alguna parte tendremos que perder, pues tal como pretenden hacerse las cosas, parece imposible mantener el crecimiento económico (con sus lógicas altas y bajas), fruto de este modelo tan criticado últimamente –pero que nos ha diferenciado con holgura de nuestros vecinos– y al mismo tiempo, cambiar dicho modelo por más Estado y gastar casi lo que no tenemos en un montón de beneficios sociales que han sido la promesa fundamental para llegar al poder. El problema se agrava, además, porque las aspiraciones pueden llegar a ser insaciables…
Max Silva Abbott.
VivaChile.org

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