COMO TIBISAY LUCENA, ¡NO HAY!

Las autoridades electorales anticiparon sorpresivamente el día de la proclamación de Maduro como Presidente electo, negándose a cumplir la solicitud expresa dada por ambos candidatos de que se contaran todos los votos, ya que el Comando Simón Bolívar tenia fundadas razones para asegurar que Capriles ganó las elecciones. Pero en vez de cumplir su función de arbitro imparcial, Tibisay Lucena, prefirió asumir su actitud de militante oficialista, negándose a contar los votos y agredir a todo aquel que pusiera en duda los mecanismos “perfectos” de la institución electoral “más moderna del mundo”.

En el discurso de proclamación-anticipada de Maduro, la Juez electoral se muestra tal como describía el inolvidable filósofo francés Michel Foucault en su obra: “La vida de los Hombres Infames” la mentalidad hegemónica de aquellos jueces de la Inquisición y las brujas del Siglo XVII

Es insólita la manera como se dirige al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, llamándolo “injerencista” por el simple hecho de ofrecer el concurso de la institución hemisférica para dar el aporte de técnicos y expertos que dieran plena credibilidad nacional e internacional a la auditoria de los votos emitidos en las mesas electorales, tal como solicitó con todo su derecho el candidato Henrique Capriles Radonski.

La Presidenta del CNE se niega igualmente a dar respuesta a las múltiples demandas interpuestas ante el organismo electoral demostrando “las numerosas deficiencias, fragilidades e inequidades convenientemente documentadas por la candidatura liderada por Henrique Capriles” tal como acertadamente afirman en su declaración los europarlamentarios invitados por la MUD representando al PPE y al Grupo Europeo Conservador y Reformista (ECR) que suman una amplia mayoría del Parlamento Europeo. Igualmente arremete también contra la justa solicitud emitida por el Departamento de Estado, por el Gobierno Español y otros países democráticos.

Tibisay Lucena en su discurso de “justicia” hegemónica afirma que “en Venezuela se puede debatir de manera pacifica gracias a la democracia existente y que el pueblo siempre, ante algún proceso electoral, la coloca en práctica”. Pero no escucha el clamor de los representantes de ese pueblo, mientras el nuevo Gobierno los reprime.

Esta ausencia de transparencia fue evidenciada por varios observadores internacionales independientes como Diego Soeiras de la Red Latinoamericana y del Caribe quien hizo una exhortación para que “se haga un conteo definitivo en forma transparente y limpia” y emplazó al Jefe de la Misión de UNASUR –institución privilegiada por el CNE- a que se sume a esta solicitud. El CNE dio pasos desacertados no solo al no resolver la legítima reivindicación de una de las partes, sino que demuestra con su actitud prepotente el inicio de una nueva tipificación de delitos contra los vencedores. Como Tibisay, ¡No Hay!

MILOS ALCALAY.
RUNRUN.ES