domingo, agosto 26, 2012

EL TEATRO DEL "MOVIMIENTO ESTUDIANTIL".


Primer acto: desórdenes públicos y quema de buses. Segundo acto: acusaciones de montaje y colegios tomados. Tercer acto: llamadas al diálogo y propuestas legislativas. ¿Cómo se llama la obra? Movimiento estudiantil 2012. Es una pieza conocida, con los mismos actores de siempre. Pasemos a revisar el elenco.


Los estudiantes son el personaje principal. Denuncian problemas reales de la educación chilena, como la falta de calidad y la segregación de los colegios que reproduce una discriminación injusta; pero muchas veces recurren a procedimientos poco racionales y sus dirigentes parecen incapaces de conducir pacíficamente las manifestaciones. Además, se enfrentan a un permanente cuestionamiento de parte de algunos expertos. Pero, ¿podemos exigirles más a los estudiantes? Los hemos dejado como protagonistas de la “reforma al sistema educacional”, tal vez el desafío político más importante que enfrenta el país para su desarrollo futuro.


El Gobierno es, según algunos, el villano de esta obra. El dice que quiere llevar adelante una verdadera reforma que solucione algunos de los problemas denunciados por el movimiento estudiantil, ¿pero lo logrará? Al parecer no, porque ha aceptado los términos del debate tal como los expuso el movimiento estudiantil: esta es una discusión económica. El Gobierno pensó que en este terreno ganaría, ya que tiene a “los expertos”. Aun así, parece estar perdiendo la oportunidad de llevar a cabo una verdadera discusión sobre el modelo educacional que Chile necesita, una discusión que no puede quedar restringida a los aspectos económicos.


La Concertación se muestra como aliada del movimiento, a pesar de no ser muy querida por los mismos estudiantes. Este personaje se muestra con una gran falta de conciencia histórica, ya que sus dirigentes son en parte responsables de la actual situación. Años de abandono, mediocridad y complicidad con un sistema que ahora califican de inaceptable.


El Colegio de Profesores parece buscar el rol de catalizador del movimiento. Este organismo, que debería representar la voz autorizada y serena de los docentes, ha sido incapaz de promover efectivamente el perfeccionamiento voluntario de los profesores y de mostrarnos a todos la dignidad de uno de los oficios más nobles e indispensables para nuestra sociedad. Hace poco han declarado públicamente que convocan “a solidarizar con los estudiantes y defender su derecho a expresar su opinión”. En otras palabras, dejemos que los escolares decidan libremente y hagan lo que quieran con sus colegios.


En este escenario, sin liderazgo político eficaz de parte del Gobierno y sin la orientación de los propios docentes, los padres –que hasta ahora sólo han actuado como extras– parecen estar llamados a asumir un rol más activo. Algunos han estado ausentes de la discusión, mientras que otros han “tomado partido” por los estudiantes, muchas veces de manera acrítica. Pero, ¿puede haber alguien más interesado que ellos en la formación de sus hijos? Los padres saben que ni un Estado docente monopólico, ni el solo perfeccionamiento del mal llamado “mercado educacional” pueden educar verdaderamente a sus hijos.
¿Cuál será el desenlace de la obra este año? No lo sabemos. Lo cierto es que sin una sociedad civil pacíficamente organizada, sin algún grado de empoderamiento de padres y apoderados, y sin una discusión educacional que no quede reducida al problema del financiamiento, seguiremos viendo siempre el mismo espectáculo, cada vez con menos interés del público.
MATÍAS PETERSEN.
VIVACHILE.ORG

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