ARTÍCULO NO PUBLICADO CARTAS AL MERCURIO.

Señor Director :
Las intrépidas declaraciones del Senador Adolfo Zaldívar, proclamando lo que todo Chile piensa pero nadie osa decir, le han ganado el respeto agradecido de la "Familiar Militar", ese impreciso fantasma de carne y hueso constituido por todos aquellos miles de chilenos vinculados de una u otra forma a las Fuerzas Armadas. Esa gratitud se hará sentir en las urnas.
El Presidente del Senado ha dicho que "es hora de terminar a la brevedad los juicios a los militares". Si su excepcional acto de valor fuese secundado por otros miembros de la clase Política, la Iglesia y demás instituciones republicanas, este doloroso drama de los derechos humanos podría llegar a su fin con una amplia e histórica Amnistía.
Todos sabemos que el tema de los derechos humanos se transformó en un filón electorero y comercial de nunca acabar. Todos sabemos del pasado stalinista o violentista de tantos sesgados defensores de los derechos humanos. Todos sabemos que muchos militares objeto de procesos politizados sólo se limitaron a cumplir órdenes del Gobierno de la época, y a cumplir con lo que consideraron su deber. Todos sabemos también que gracias a ese Gobierno el país evitó el peligro de una guerra civil, de un eventual quiebre del Ejército, de un conflicto bélico con Argentina, y, hasta el día de hoy, legarnos una economía excepcional en Latinoamérica.
Ha llegado la hora de cerrar un capítulo histórico y agradecer de pie al único político chileno que ha tenido las agallas de así plantearlo.
MARIO ACEVEDO CAMPOS.